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MANZANEDA DE OMAÑA: BARATO, BARATO.- Un relato de Ágata Piernas...

BARATO, BARATO.- Un relato de Ágata Piernas
de La Montaña Central Leonesa, el Lunes, 16 de enero de 2012 a la (s) 18:10

Era sábado después de las fiestas. La vida en el pueblo, retornaba a su invernal rutina.

Poco había que hacer, salvo atender la cuadra y los cuatro animales domésticos, que se tenían para sacar algo de dinero con la leche y carne y para cubrir las necesidades de la casa.

La pensión, tanto del padre como de ella, era suficiente para la subsistencia, pero no holgada como para permitirse un invierno en tierras más cálidas. Por ello, un invierno más aguantarían con buena lumbre los rigores del clima de estas tierras.

Ella tenía algún dinero ahorrado después de la venta del último ternero en diciembre y había pensado en, tanto para padre como para ella, comprar algo de ropa para ir curiosos a la iglesia el domingo, visitar al médico y bajar a León cuando fuera menester.

El abrigo de padre tenía más de diez años y como había adelgazado, los hombros le quedaban algo grandes, poniendo en evidencia aquellas hombreras que ya no se llevan, como viene en las revistas.

El abrigo de ella, negro riguroso, por haber llevado luto después de la muerte de madre ocurrida hacía ahora cinco años, tenía ya que ser sustituido por otro más alegre. Después de todo ella era joven todavía. Quería un abrigo nuevo, verde, como el que había visto a la artista de moda en la tele. Y unos zapatos, con un poco de tacón.

Bajaría a León a las rebajas. Había oído en la radio y la vecina también se lo había dicho, que este año los descuentos eran ya del 50% y no habría que esperar a última hora para conseguir buenas prendas a buen precio. Su tienda de confianza, cerca del mercado, debía tener ya todo preparado para aumentar las ventas. Iría el jueves.

El coche de línea, tenía mejores horarios ese día, para así poder disfrutar de más tiempo para mirar escaparates y acertar mejor en la decisión. Calculaba que sí le daría tiempo a hacer todas las compras, sino, tendría que pedir el favor al primo que bajaba el fin de semana. Pero no quería que se enterara que iba de compras. Así menos tendría que decir.

Era martes y la decisión estaba tomada. Ahora quedaba la tarea de decirle a padre que el jueves no estaría en todo el día, porque bajaba a León de compras.

Difícil, tarea hacer comprender a un septuagenario padre que necesitaban algo de ropa nueva, que se iba a gastar el dinero del ternero y que le dejaba sólo todo el día aunque con los bichos atendidos y la comida hecha.

Decirle que bajase con ella para probarse la ropa, ni pasó por su cabeza, pues era empresa imposible.

Mintió, también para darle la sorpresa a la vuelta, pues sabía que le haría ilusión que se preocupase por él, aunque el padre, hombre recio dónde los haya, jamás lo admitiría. Y le dijo, que la prima de León, la había llamado para que la acompañase al médico especialista, excusa que podría entender pues, sólo hacía unos meses que había bajado a vivir a León y no tenía todavía amigas de confianza. La caída en la calle del otro día se le había complicado.

Y así lo hizo, y nadie dijo nada. Fue sola y volvió sola. Hizo una buena compra y el domingo en misa, tanto padre como ella, relucieron más que el sol. Y ella se sintió como aquella artista que vio en la revista, que había salido de compras por el bulevar de la moda.

Este relato tiene Copyrigth. No sotros lo compartimos con permiso de su autor.

Con cariño, en Madrid a 12 de Enero de 2012.

Ágata Piernas
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Marilin buenas noches y con tu permiso me llevo este bonito relato, es tan tierno,
Feliz noche
2 besinessssssssssssssssssssss