Pola y el invierno, y las sesiones de cine en la Casa Infantil que los del pueblo llamábamos el Preventorio. Y los paseos de los niños y las niñas, que llegaban en turnos y por separado, los domingos por la tarde. ¡Cuántas historias que no por escritas en letra minúcula son más pequeñas entre estas paredes! ¡Cuantos recuerdos allá, en la memoria!