LA FUENTE
Fuente cubierta por una construcción a modo de caseta, en piedra de sillar (fueron los romanos los primeros en cubrir así las fuentes) cuyas medidas son:
Largo 2.20 metros, ancho 1.87 y alto 1.57
Cuya cubierta a dos aguas, formada por grandes y gruesas losas, el interior con bóveda de cañón, prolongación de la apertura que mide 0.83 m de anchura por 0.95 de alta. (este tipo de bóvedas, típica del romano, perdura hasta nuestros días, en este tipo de construcciones), el piso a unos 60 centímetros por debajo del nivel exterior, es de losas también y en su centro hay una pequeña oquedad de la que, mediante un cazo. Toman el agua los vecinos en periodos de sequía.
La fuente de Bonella, guarda similitud con las antiguas fuentes romanas
Detalle de la fuente
Fuentes de este tipo sólo hay otras dos en Omaña, en Villarín. Las demás a falta de cubierta natural, lo están generalmente de manera rudimentaria, siendo lo más común protegerlas con una simple losa, o incluso formando bóveda cómo es el caso de la de Rosales. Pero ésta de Bonella presenta unos motivos que la hacen singular aquí; en el frente, en la parte baja izquierda, hay una cruz petada dentro de un círculo de 27.5 cm. De diámetro, todo ello en alto relieve; a la derecha y a mayor altura, esta vez gravado, otro círculo de (d. 13 cm.) que encierra a cuatro arcos que sin llegar a ser secantes forman a primera vista un motivo foral, pero que resulta ser una cruz simular a la anterior aunque de extremos más anchos y al contrario que la otra cóncavos, cono una cruz de la Orden de San Juan (fundada en Jerusalén en 1048). Este tipo de cruz aparece en monedas de la España cristiana acuñadas entre los años 1072 – 1109; la otra es de origen bizantino, pero profusamente empleada en el arte visigodo, expresándose también en el mozárabe, en el ramirense o asturiano e, incluso varios siglos después.
Por encima de esta motivo hay una inscripción de unos 13 cm. De longitud y poco más de cinco de altura, citada por Matías Díez Alonso (Diario de León 04/06/87) quien lee “Idus”, lo que daría idea incompleta de una fecha (Idus en Latín era el día que partía en dos el mes; el 15 de los meses de marzo, mayo julio y octubre y el 13 en los demás), yo leo “Ibibis” dándolo el significado que “por ahí es”, aunque la vez no lo tengo muy claro, pero pudiera ser un indicativo para que el antiguo camino localizara un monasterio que hubo a unos cuatro kilómetros.
Haciendo una comparación exagerada, tanto por la calidad, volumen y cronología, esta humilde fuente es de la familia de la Foncalada de Oviedo (obra regia de Alfonso III, que reinó del 866 al 910 que tiene la Cruz de la Victoria, emblema de este rey y varias inscripciones.
No obstante emplearse motivos similares durante algunos siglos, cabría dentro de lo posible que esta de Bonella fuera de tradición mozárabe, recogida o propia de los frailes o monjes que hubo en las cercanías y cuyo origen se desconoce.
No hay que olvidar que aquí no hubo asentamientos propiamente árabes pero si mozárabes, como lo demuestran los nombres de algunos pueblos como Ceide (Zeid) o Andarraso.
También he oído y leído que al píe de una sierra que hay en término de Curueña, denominada la “Filera” quedan restos de una Iglesia Mozárabé.
Fuente cubierta por una construcción a modo de caseta, en piedra de sillar (fueron los romanos los primeros en cubrir así las fuentes) cuyas medidas son:
Largo 2.20 metros, ancho 1.87 y alto 1.57
Cuya cubierta a dos aguas, formada por grandes y gruesas losas, el interior con bóveda de cañón, prolongación de la apertura que mide 0.83 m de anchura por 0.95 de alta. (este tipo de bóvedas, típica del romano, perdura hasta nuestros días, en este tipo de construcciones), el piso a unos 60 centímetros por debajo del nivel exterior, es de losas también y en su centro hay una pequeña oquedad de la que, mediante un cazo. Toman el agua los vecinos en periodos de sequía.
La fuente de Bonella, guarda similitud con las antiguas fuentes romanas
Detalle de la fuente
Fuentes de este tipo sólo hay otras dos en Omaña, en Villarín. Las demás a falta de cubierta natural, lo están generalmente de manera rudimentaria, siendo lo más común protegerlas con una simple losa, o incluso formando bóveda cómo es el caso de la de Rosales. Pero ésta de Bonella presenta unos motivos que la hacen singular aquí; en el frente, en la parte baja izquierda, hay una cruz petada dentro de un círculo de 27.5 cm. De diámetro, todo ello en alto relieve; a la derecha y a mayor altura, esta vez gravado, otro círculo de (d. 13 cm.) que encierra a cuatro arcos que sin llegar a ser secantes forman a primera vista un motivo foral, pero que resulta ser una cruz simular a la anterior aunque de extremos más anchos y al contrario que la otra cóncavos, cono una cruz de la Orden de San Juan (fundada en Jerusalén en 1048). Este tipo de cruz aparece en monedas de la España cristiana acuñadas entre los años 1072 – 1109; la otra es de origen bizantino, pero profusamente empleada en el arte visigodo, expresándose también en el mozárabe, en el ramirense o asturiano e, incluso varios siglos después.
Por encima de esta motivo hay una inscripción de unos 13 cm. De longitud y poco más de cinco de altura, citada por Matías Díez Alonso (Diario de León 04/06/87) quien lee “Idus”, lo que daría idea incompleta de una fecha (Idus en Latín era el día que partía en dos el mes; el 15 de los meses de marzo, mayo julio y octubre y el 13 en los demás), yo leo “Ibibis” dándolo el significado que “por ahí es”, aunque la vez no lo tengo muy claro, pero pudiera ser un indicativo para que el antiguo camino localizara un monasterio que hubo a unos cuatro kilómetros.
Haciendo una comparación exagerada, tanto por la calidad, volumen y cronología, esta humilde fuente es de la familia de la Foncalada de Oviedo (obra regia de Alfonso III, que reinó del 866 al 910 que tiene la Cruz de la Victoria, emblema de este rey y varias inscripciones.
No obstante emplearse motivos similares durante algunos siglos, cabría dentro de lo posible que esta de Bonella fuera de tradición mozárabe, recogida o propia de los frailes o monjes que hubo en las cercanías y cuyo origen se desconoce.
No hay que olvidar que aquí no hubo asentamientos propiamente árabes pero si mozárabes, como lo demuestran los nombres de algunos pueblos como Ceide (Zeid) o Andarraso.
También he oído y leído que al píe de una sierra que hay en término de Curueña, denominada la “Filera” quedan restos de una Iglesia Mozárabé.
