Viejos pueblos que agonizan y el aire lleno de recuerdos, como este lavadero de agua estanca y piedras adustas. Lugar de chismorreos y donde se dejaba la inmundicia. Cuánto frío pasaron nuestras madres frotando ropas con sus manos encallecidas. No hay nostalgia de estos lugares; solo el río al que de rodillas se hincaban era aun peor, para limpiar las ropas de la casa.