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VILLALBILLA DE VILLADIEGO: Hormicedo, citado a partir del 24-XI-978, como Formizeto,...

Hormicedo, citado a partir del 24-XI-978, como Formizeto, es un despoblado desde el año 1959, la mayoría de sus habitantes fijaron su residencia en Villalbilla al desaparecer el pueblo; conserva restos de la iglesia románica y de algunas de las edificaciones.
Contaba con una Casa Mesón, que era también taberna, panadería y casa de huéspedes. Tenía además dos molinos, el de arriba en el Camino de Talamillo y el de abajo, cerca del Santillo que era copropiedad de 12 socios de Hormicedo, Villalbilla y Villanueva de Puerta.
Hormicedo es la patria chica del sexto Superior General de los Misioneros Claretianos: Nicolás García, que nació en este lugar el 23 de diciembre de 1869. Fue postulante en Segovia. Profesó en Alagón (Zaragoza) el 16 de diciembre de 1886. Fue ordenado sacerdote en Santo Domingo de la Calzada el 13 de mayo de 1894. Elegido Superior General de la Orden en Vich el 11 de octubre de 1922 y reelegido para el mismo cargo el 4 de diciembre de 1937.Murió en Roma el 24 de febrero de 1950. Durante sus dos períodos de gobierno, con un total de 24 años, la Congregación creció casi un centenar de fundaciones. Aceptó el Vicariato de Darién, la Prelatura de Tocantis, las misiones de China; acentuó el carácter docente de la Congregación, perfiló su estructura jurídica, su técnica de propaganda y organización y adoctrinó a sus hijos con notabilísimas circulares llenas de doctrina. En su tiempo surgieron las notables revistas “Palestra Latina y “Vida Religiosa”.
Hormicedo se despobló el 11 de enero de 1959 y sus últimos habitantes fueron un matrimonio, que juntamente con sus hijos vivieron en solitario durante los últimos cinco años. El último nacido en el despoblado lo fue el 3 de marzo de 1957.
En el Nomenclator de 1920 contaba con 12 casas habitadas, otras ocho edificaciones deshabitadas, tres de un piso y 17 de dos pisos y 2 chozas. Tenía en aquel año 38 habitantes de hecho y 34 de derecho.
En la cima de una pequeña montaña que domina el despoblado se aprecian restos de la cerca primitiva de una fortificación antiquísima, quizá un castro celta.
En este lugar se han celebrado ferias hasta bien entrado el siglo XX.
Hoy este paraje es un agradable lugar para ir a pasar el día y disfrutar de una buena merienda con los amigos, después de habernos dado un buen paseo por cualquiera de los caminos y cerros, que respiran tranquilidad y sosiego, tal es así que sobre todo en la época estival es visitado a diario por los muchos amantes de la naturaleza. En Villalbilla darse un paseo al atardecer hasta Hormicedo es algo cotidiano.