El baile del pequeño chopito, TARDAJOS

(19 de Enero de 2013)
¡Qué curioso es leer al cabo de cierto tiempo!. Fui incauta y desprevenida. Muy cerca de ahí metí bien el pie porque estaba a rebosar de hierbas, tan confiada en hacer una foto que no necesitaba y por el puro afán de hacer una más. Bien que lo he pagado, y mucho he aprendido desde entonces. A valorar hasta una zapatilla de estar en casa, que era lo que más se me resistía. Las deportivas para las lesiones son de lo mejor que puede haber. Una vez superado el trance, a volver de nuevo, y a pisar terreno...
Ante tal cosa, lo mejor es usar recursos literarios y licencias poéticas. Que cada uno o cada una en su campo sabe de sus propias herramientas.

Y diferir en paralelo, donde el enfrentamiento no pueda darse. Las líneas paralelas no se cruzan, es obvio.
Y entonces uno o una se puede llegar a sentir como ese chopo plantado en el suelo, y cuya única forma de expresión sea el retorcerse; porque a veces, por muchos recursos que se tengan nos pueden fallar por muchas leyes que desconocemos - que no sabemos si lo escrito se puede volver en contra nuestra para terminar de hacernos callar por las buenas, o por la acción de la ley- aplicada según el criterio de quien la ejerza con el fin de salvaguardar el orden establecido que el sistema se provee convenientemente,...
Hoy quiero poner una nota de humor recogida en la chopera del Arlanzón, en el Puente del Arzobispo.
Choca que un chopillo salga tan retorcido, cuando todos son rectos, elevados y serios.
No se si lo apreciareis bien. Ya se hacía tarde pero me llamó la atención que uno se diferenciara tanto del resto. Este que nació torcido ya no se endereza. Lo digo yo. Y me voy a centrar en lo que puede que le haga tanta risa.