AL VIENTO
=========
Oda
---
Ven, plácido favonio,
y agradable recrea
con soplo regalado
mi lánguida cabeza.
Ven, oh vital aliento
del año, de la bella
aurora anuncio, esposo
del alma primavera,
ven ya, y entre las flores
que tu llegada esperan
ledo susurra y vaga
y enamorado juega.
Empápate en su seno
de aromas y esencias
y adula mis sentido
solícito con ellas,
o de este sauz pomposo
bate las hojas frescas
al ímpetu suave
de tu ala lisonjera.
Luego a mi amable lira
más bullicioso llega
y mil letrillas toca
meciéndose en sus cuerdas.
No tardes, no, que crece
del crudo sol la fuerza
y el ánimo desmaya
si tu el favor le niegas.
Limpia oficioso, limpia
con cariñosa diestra
mi ardiente sien y en torno
con raudo giro vuela.
Yo regaré tus pumas
con el alegre néctar
que da la vid, cantando
mi alivio y tu clemencia.
Así el abril te ría
con tino, así las tiernas
violas cuando pases
te besen halagüeñas,
así el rocío corra
cual lluvia por tu huella
y en globos cristalinos
las rosas te lo ofrezcan;
y así cuando en mi lira
soplares, yo sobre ella
a remedar me anime
tus silbos y tus quejas.
Juan Meléndez Valdeés.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
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Oda
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Ven, plácido favonio,
y agradable recrea
con soplo regalado
mi lánguida cabeza.
Ven, oh vital aliento
del año, de la bella
aurora anuncio, esposo
del alma primavera,
ven ya, y entre las flores
que tu llegada esperan
ledo susurra y vaga
y enamorado juega.
Empápate en su seno
de aromas y esencias
y adula mis sentido
solícito con ellas,
o de este sauz pomposo
bate las hojas frescas
al ímpetu suave
de tu ala lisonjera.
Luego a mi amable lira
más bullicioso llega
y mil letrillas toca
meciéndose en sus cuerdas.
No tardes, no, que crece
del crudo sol la fuerza
y el ánimo desmaya
si tu el favor le niegas.
Limpia oficioso, limpia
con cariñosa diestra
mi ardiente sien y en torno
con raudo giro vuela.
Yo regaré tus pumas
con el alegre néctar
que da la vid, cantando
mi alivio y tu clemencia.
Así el abril te ría
con tino, así las tiernas
violas cuando pases
te besen halagüeñas,
así el rocío corra
cual lluvia por tu huella
y en globos cristalinos
las rosas te lo ofrezcan;
y así cuando en mi lira
soplares, yo sobre ella
a remedar me anime
tus silbos y tus quejas.
Juan Meléndez Valdeés.
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