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HORTIGUELA (Burgos)

La Pesca. Dibujo
Foto enviada por marcelino

EL PESCADOR
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Pescadorcita mía,
desciende a la ribera
y escucha placentera
mi cántico de amor;
sentado en su barquilla
te canta su cuidado
cual nunca enamorado
tu tierno pescador. ... (ver texto completo)
Que encantadora, poesia, que frases tan hermosas, para que decirte mas. Espronceda coincide conque era el poeta preferido de mi mami. que coincidencia agradable!
EL PESCADOR
===========
Pescadorcita mía,
desciende a la ribera
y escucha placentera
mi cántico de amor;
sentado en su barquilla
te canta su cuidado
cual nunca enamorado
tu tierno pescador. ... (ver texto completo)
Mi mensaje tan esperado y querido, y lo maravilloso, poeta preferido de mi madre.! que bien me ha llegado en momento, en que mi animo habia tocado, fondo, gloria a ti a mima, al famoso poeta Espronceda, un abrazo
Saludo al foro con gran prosperidad.
EL PESCADOR
===========
Pescadorcita mía,
desciende a la ribera
y escucha placentera
mi cántico de amor;
sentado en su barquilla
te canta su cuidado
cual nunca enamorado
tu tierno pescador.

La noche el cielo encubre
y calla manso el viento,
y el mar sin movimiento
también en calma está:
a mí batel desciende,
mi dulce amada hermosa:
la noche tenebrosa
tu faz alegrará.

Aquí apartados, solos,
sin otros pescadores
suavísimos amores
felice te diré,
y en esos dulces labios
de rosas y claveles,
el ambar y las mieles
que vierten libaré.

La mar adentro iremos
en mi batel cantando
al son del viento blando
amores y placer;
regalaréte entonces
mil varios pececillos
que al verte, simplecillos
de tí se haran prender.

De conchas y corales
y nacar a tu frente,
guirnalda reluciente
mi bien te ceñiré;
y eterno amor mil veces
jurándote cumplida
en tí, mi dulce vida
mi dicha encontraré.

No el hondo mar te espante,
ni el viento proceloso
que al ver tu rostro hermoso
sus iras calmarán;
y sílfides y ondinas
por reina de los mares,
con plácidos cantares
a par te aclamarán.
Ven, ¡ay! a mi barquilla:
completa mi fortuna
naciente ya la luna
refleja ya el ancho mar;
sus mansas olas bate
suave, leve brisa;
ven, ¡ay!, mi dulce Elisa
mi pecho a consolar.

Espronceda.
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