¡Bella es Trinidad! Como un paisaje encantado. Patrimonio vivo de la Nación y la Humanidad. Hoy todos la admiran, porque hay sonidos que el paso de cinco siglos ya no nos permiten escuchar: el látigo sobre el lomo del esclavo, el machete en los cañaverales, el ladrido de los perros cuando un negro optaba por el cimarronaje; el olor a melado o a café tostado, y el paso de caballos y carruajes sobre los adoquines.
Y ahí están, en libros de Historia, como para no olvidar las bases de la identidad, ... (ver texto completo)
Y ahí están, en libros de Historia, como para no olvidar las bases de la identidad, ... (ver texto completo)