El duro trabajo de el lavado, de rodillas, de la ropa de unas
familias numerosas, hacia de esta ardua tarea, una faena casi diaria, de largo tiempo, pero también de un momento, algo más que un momento, de encuentro, comentarios y, porqué no, de cotilleos. Algo absolutamente normal en la convivencia diaria de todas las personas, de entonces y por supuesto de ahora.
No es ninguna critica, es un
homenaje a esas aguerridas mujeres.
Saludos Rafa.