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BUSTILLO DEL PARAMO: Cuantos caminos como este ó muy parecidos habre yo...

Cuantos caminos como este ó muy parecidos habre yo andado en mis andanzas labriegas. Pues sí, labriegas, pues en verano nos tocaba ayudar en casa (así se decia entonces) ahora no sé como se denominaria el tema.
Yo empece, bien jovencilla. Lo primero que me enseñaron fue la busqueda de las corderas extreviadas. ¿qué es eso? Pues eso es: "cada año tocaba renovar el ganado ovino, y ello se hacia con la cria de corderas". Cuando el pastor venía con el rebaño al pueblo, cada cual, osease, las ovejas iban a su correspondiente tenada. Pero las más jovenes siempre andaban muy despistadas y eran los peques de la familia los encargados de ir de tenada en tenada buscando el extravio. Todas iban bien marcadas en el lomo, unas de azul, otras de rosa etec. Las ovejas también tenian su señal en la oreja. Después de correr de un lado del pueblo al otro, volviamos con nuestro pequeño trofeo y lo dejabamos a buen recaudo en la tenada propia. Si lo hacias bien, pues eso bien. Pero si no encontrabas el trofeo, pues tu padre te decía, anda vete a la tenada de tal o pascual... Y así hasta dar por finalizada la tarea. Luego empezaba el ordeñe... Pero eso otro día.