El
claustro superior de la
Catedral de
Burgos es una joya del
arte gótico radiante peninsular. Comenzado por el maestro Enrique y con la posterior intervención de Juan Pérez, las obras se llevaron a cabo entre finales del siglo XIII y comienzos del XIV.
Repleto de sepulcros y
capillas, muchos de los elementos del claustro lucen una llamativa policromía que gracias a las últimas restauraciones vuelven a lucir los vivos
colores con los que fueron concebidos.
Una visita imprescindible.