La Catedral desde el museo de la Evolución Humana, BURGOS

La Catedral desde el museo de la Evolución Humana, otra joya para turismo
Situada en pleno Camino Francés en la ciudad de Burgos, Castilla y León, y consagrada a Santa María, la Santa Iglesia Catedral Basílica Metropolitana de Burgos, es uno de los más bellos monumentos del arte gótico, siendo declarada Monumento Nacional en 1885 y Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1984.
Su construcción comenzó en el año 1221, gracias al rey Fernando III el Santo y al obispo Mauricio, sobre la iglesia románica de tres naves que había impulsado Alfonso VI a finales del siglo XI y que en el siglo XIII quedaba pequeña ante el auge constructor que se observaba en diversos puntos de Europa. Así comienza su reedificación, que continuaría durante siglos hasta obtener la imagen actual.
Inspirada en diversos modelos franceses -Amiens, Bourges, Coutances, etc.- la catedral burgalesa tiene planta de cruz latina de tres naves y girola orientada del este -cabecera- al oeste -fachada principal- en la ladera que lleva al cerro del castillo.
Por ese motivo existe un desnivel muy apreciable en el interior del templo que se salvó con la escalera dorada, una joya del Renacimiento que Diego de Siloé construyó en el brazo norte del crucero.
Todo esto, junto con su cimborrio y la capilla de los Condestables de Castilla -considerada por su belleza y dimensiones como una catedral dentro de la catedral- contribuye a que este recinto de culto impacte en el visitante.
Iconografía jacobea Respecto a la imaginería e iconografía jacobeas, destaca la capilla de Santiago, que ocupa un lugar preferente en la girola y que presenta en su reja una figura ecuestre del Apóstol que da paso a un retablo en el que Santiago adquiere gran protagonismo. Citada ya en el siglo XIV, fue profundamente reformada en el XVI por Juan de Vallejo y usada en las últimas centurias como parroquia hasta convertirse en la principal sala del museo de la catedral donde se puede admirar el tesoro religioso-cultual más destacado del templo, con obras de pintura del siglo XV al XVIII y piezas de escultura y orfebrería desde el siglo XII al XX. En el muro izquierdo de la estancia se halla el sepulcro renacentista de uno de los fundadores y mecenas de la capilla en el siglo XVI, Juan Ortega de Velasco, abad de San Quirce de los Ausines y canónigo y protonotario de la catedral. En frente se hallan otros dos sepulcros, uno correspondiente al magnate Lesmes de Astudillo, mecenas de esta capilla y de la capilla-sepulcro de los Reyes Magos en la catedral de Colonia, que fue enterrado con su esposa, Mencía de Paredes.
El retablo de la capilla, dorado y policromado, está presidido por un Santiago matamoros y presenta también tallas de San Juan Evangelista y Santa María Salomé.
En el claustro alto (finales del s. XIII), entre varias representaciones de apóstoles, se halla un Santiago peregrino, mientras que en la sillería del coro se representa la aparición de la Virgen del Pilar al Santo, cuya imagen también se encuentra en la restaurada capilla de Santa Tecla -resultado de la transformación de cuatro pequeñas capillas góticas y la iglesia de Santiago de la Fuente- y en la puerta de la Coronería, punto de acceso de los peregrinos al templo durante siglos y que fue clausurada en el siglo XVIII por el molesto tránsito de vecinos que la usaban para descender hacia la parte baja de la ciudad. Tras su cierre los romeros usaron la puerta de la Pellejería -o puerta del Canalejo- (s. XVI). Al igual que en la Coronería, se pueden ver estatuillas de los apóstoles. También hay sendos relieves que representan los martirios de San Juan Bautista y de San Juan Evangelista, así como estatuas de San Pedro y San Pablo.
Como curiosidad, señalar la presencia del sepulcro del Cid bajo del cimborrio y del popular Papamoscas en el interior de la nave mayor.
Tampoco se puede pasar por alto un lugar de hondo fervor religioso como es la capilla dedicada al Cristo de Burgos, cuya leyenda afirma que se trata de un Jesús crucificado aparecido en el mar al que le crece el pelo y las uñas y que se ha convertido en lugar de visita y oración para los peregrinos.
El Museo de la evolución humana, también conocido por sus siglas MEH, está situado en la ciudad española de Burgos y ha sido diseñado por el arquitecto Juan Navarro Baldeweg. En el solar sobre el que se edificó estuvo en siglos pasados el desaparecido convento de San Pablo de Burgos, de la orden de los dominicos.
Forma parte de la red de museos regionales de Castilla y León, junto con los museos de la siderurgia y la minería de Sabero (León), de arte contemporáneo de León y etnográfico de Zamora.
Desde su inauguración el 13 de julio de 2010, y hasta el día 8 de julio de 2011, el museo recibió un total de 279 000 visitantes, 2​ convirtiéndose así en el museo más visitado de Castilla y León, y acercándose al 10.º museo más visitado de España.
Constituye la pieza central del Complejo de la Evolución Humana. Arquitectónicamente, el museo ha recibido más de 40 premios nacionales e internacionales.
El Museo fue integrado en la declaración de los yacimientos de Atapuerca como Patrimonio de la Humanidad en 2015, cuando se catalogaron por la UNESCO como «lugar de valor universal excepcional» y se incluyeron las infraestructuras de investigación y divulgación asociadas a los yacimientos.
Objetivo El proyecto nace vinculado a la necesidad de conservar, inventariar y divulgar los restos arqueológicos procedentes de los yacimientos de la sierra de Atapuerca, constituyendo un referente internacional en relación con el proceso evolutivo del hombre en sus aspectos ecológicos, biológicos y culturales en secuencia cronológica.
Arquitectura Vista exterior del museo
Se trata de un edificio de amplias dimensiones, de planta rectangular, recubierto en su mayor parte de cristal.
En las fachadas este y oeste, posee una estructura metálica de color rojizo, que constituye uno de los símbolos del museo y del Complejo de la Evolución Humana, del cual forma parte central.
El acceso al museo se realiza a nivel elevado, a través de una rampa a la que se accede por el Paseo de Atapuerca, una amplia zona peatonal con jardines, árboles y que permite bajar directamente a la ribera del río Arlanzón.
Una de las principales ventajas de usar cristal en los recubrimientos, es que se consigue un edificio muy luminoso por dentro, lo que da más sensación de amplitud y disminuye el gasto energético.
La museografía del espacio fue encargada a la empresa Empty y la integración de los sistemas audiovisuales aplicados al proyecto museográfico fue ejecutada por Sono Tecnología Audiovisual. 5​ El museo cuenta con más de 25 projecciones de gran formato, proyección circular de 360º, pantallas interactivas i más de 50 fuentes de vídeo. Todos los sistemas están controlados y automatizados, así como sincronizados con efectos especiales.
Distribución interior El proyecto de paisajismo interior recrea la escenografía de la sierra de Atapuerca. En la parte superior de las pastillas se recrean algunos aspectos de la sierra.
La planta -1 se concibe como el corazón del museo. Un único espacio expositivo en el que se ubica el complejo arqueológico-paleontológico de los yacimientos de la Sierra de Atapuerca. El visitante puede encontrar una reproducción de la Sima de los Huesos como un modelo tridimensional y didáctico. En el interior de la primera pastilla se ubica Homo antecessor y los yacimientos de Gran Dolina y Sima del Elefante.
La planta 0 está dedicada a la teoría de la evolución de Charles Darwin y a la historia de la evolución humana. En esta planta se encuentran diez hiperrealistas reproducciones de antepasados del ser humano, realizadas por la escultora francesa Elisabeth Daynès, que corresponden a:
Australopithecus afarensis. Australopithecus africanus. Paranthropus boisei. Homo habilis Homo georgicus. Homo ergaster. Homo antecessor. Homo heidelbergensis. Homo neanderthalensis. Homo rhodesiensis.
También en esta planta se encuentra la reproducción de la popa del HMS Beagle, barco en el que Darwin hizo su famoso viaje de casi 5 años alrededor del mundo, en el que principalmente visitó las islas Galápagos. En esta planta el visitante puede encontrar las características exclusivas de los humanos entre las que se destaca el cerebro.
La planta 1 expone, desde un punto de vista funcional, por qué somos tan iguales al cazador - recolector de hace 9000 años, y sin embargo, tan diferentes. El acceso a la planta de la cultura se realiza desde las rampas mecánicas. En esta planta se repasan los diferentes hitos de la evolución de la cultura.
La planta 2 se recrean los tres ecosistemas fundamentales de la evolución humana: la selva, la sabana y la tundra-estepa de la última glaciación.


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