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Entendemos por hornillo, la parte interior del enjambre que se encuentra dentro de una pared. Los tradicionales, llevan una tapa de madera que se quita y se pone para catar la miel o meter el enjambre. Suelen estar orientados hacia el sur para aprovechar al máximo las horas de sol y el calor. Era frecuente que los hornillos estuvieran incrustados en las paredes de las solanas de las casas, de los pajares, e incluso en algún habitáculo interior de las viviendas para poder catarlos directamente desde dentro de la vivienda.