EL ALBERCHE.-
Estaba al borde da la sequía. Era un joven río nacido, era liguero y alegre como un jilguero, que atravesaba las cañadas tímidamente y los buitres te daban la sensación de velocidad al caer a por agua al riachuelo. El aire impulsaba la corriente por donde se veían rana y pececillos.
Yo, a menudo me subía hasta el nacimiento montado a caballo o en bicicleta, que según mi padre era una fuente, llamada FUENTE ALBERCHE. Me sentaba frente a ella, pensando en que abastecería a personas ... (ver texto completo)
Estaba al borde da la sequía. Era un joven río nacido, era liguero y alegre como un jilguero, que atravesaba las cañadas tímidamente y los buitres te daban la sensación de velocidad al caer a por agua al riachuelo. El aire impulsaba la corriente por donde se veían rana y pececillos.
Yo, a menudo me subía hasta el nacimiento montado a caballo o en bicicleta, que según mi padre era una fuente, llamada FUENTE ALBERCHE. Me sentaba frente a ella, pensando en que abastecería a personas ... (ver texto completo)