NARROS DEL CASTILLO: ORACIÓN”...

ORACIÓN”

Este poema aparece ya recogido en su primera novela, Quién de nosotros (1953) 37, bajo el título “La oración del auxiliar segundo”, y atribuido a uno de sus personajes, Fortunati38. El yo de la composición no coincide con el del autor, fruto de esa técnica narrativa empleada en los Poemas de la oficina.

Dios, interlocutor habitual de numerosas oraciones -y, como es lógico, también de nuestra composición- no tiene cabida en el desolador universo de la oficina. Allí, el burócrata prefiere la soledad absoluta, pues nada puede rescatarlo de su desesperación:

Déjame este zumbido de verano
y la ausencia bendita de la siesta
déjame este lápiz
este block
esta máquina
este impecable atraso de dos meses
este mensaje del tabulador
déjame solo con mi sueldo
con mis deudas y mi patrón
déjame
(p. 572)

Pero una vez fuera del alienante lugar de trabajo, en la auténtica vida, Dios de nuevo es necesario:

pero
no me dejes
después de las siete
menos diez
Señor
cuando esta niebla de ficción
se esfume
y quedes Tú
si quedo Yo. 39
(p. 572)


5 Cts/kWh para tarifa 3.0 TD, autónomos y empresas
Llama al 654 409 325, ofertas especiales para Pueblos de España