HORCAJUELO: Cualquiera, al ver fotos de su pueblo, ahora, en las...

Cualquiera, al ver fotos de su pueblo, ahora, en las llamadas redes sociales, experimenta de manera totalmente involuntaria e inconsciente un impulso de empezar a rebuscar en los datos que tiene almacenados en el “sobrao”, con la vista perdida en el infinito, con una mueca sonriente en los labios y con el pensamiento de que parece que fue ayer, y, no han pasado los cinco años de Fray Luis de León, sino muchos más. Y no puede uno por menos que empezar a recordar las andanzas y aventuras que nos teníamos que imaginar, los chicos y chicas, en un pueblo tan pequeño para jugar y pasarlo divertido en los pocos ratos, que más o menos todos, teníamos libre. Antes en los pueblos no existía eso que ahora llaman explotación de menores, todos ayudábamos a nuestros padres en las labores de la casa con armonía y buen humor, sin plantearse nadie lo contrario. Y, así, nos sobraba tiempo para ir de exploradores por el río arriba de Aldeamuña, hasta los Balcones, donde había un buen sitió para sentarse en el cesped, y jugar a lo que se nos ocurriera, o seguir río arriba cruzando la dehesa de Aldeamuña con un miedo atroz por los perros que tenían, hasta llegar a El Soto, antes de llegar se pasaba por una explanada grande que la cruzaba el camino que iba a la Dehesa de Miranda, en la que había muchas “madrigueras” de conejo. Nosotros éramos exploradores como Daniel Boone, cazadores de pieles de conejo, osos y lobos, pescadores de todo lo que viviera en el agua del río. Eso nos imaginábamos, sólo imaginación de niños, porque cuando veíamos algo raro, nos subíamos a la grupa de nuestros caballos –un palo largo entre nuestras piernas, que relinchaba y todo- y nos alejábamos a toda velocidad…