Como si de un túnel del tiempo se tratara, aparecen por doquier túneles, cobertizos, pasadizos que parecen transportarnos a otro lugar, a otro tiempo.
Espacios mágicos por los que transitar y descubrir una ciudad que nunca se termina de conocer. Toledo ofrece al caminante la posibilidad de tener una aventura a cada paso, en cada rincón, en cada plaza.