TALAVERA DE LA REINA

Gentilicio: Talaveranos 
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Monumentos:

Aunque el tiempo ha ido mermando el patrimonio de Talavera, todavía podemos sorprendernos y admirar verdaderas joyas de arte en la ciudad, como la fachada de San Agustín el Viejo, primera obra del barroco de ladrillo; el rosetón de la Colegiata, gótico mudéjar cubierto de estuco, y el rosetón de la iglesia de Santiago, donde el ladrillo se curva para hacerse flor.
En Talavera predominan tres estilos: el mudéjar del ábside de Santiaguito y del Salvador, la iglesia de Santiago y las torres albarranas de sus murallas. El gótico mudéjar de la Colegial y el gótico de Santo Domingo; el renacimiento aparece en parte de la Basílica de la Virgen del Prado y en las trazas de San Prudencio, monumento que, según crece, se va haciendo barroco, lo mismo que sucede con la torre de la Colegiata.
El barroco toma cuerpo en la Basílica de la Virgen del Prado, en la iglesia de las Madres Bernardas, en el Alfar del Carmen y en San Agustín el Viejo.
Talavera todavía conserva rincones y calles con sabor medieval, o edificios en los que aflora su cerámica renacentista.

Costumbres:

Talavera de la Reina debe gran parte de su enriquecimiento a la existencias de sus ferias de ganados y a su Mercado Nacional. El 27 de diciembre de 1294, Sancho IV concede a la ciudad el privilegio de celebrar ferias de ganado a finales de noviembre y principios de diciembre. Su éxito se percibe en el hecho de tener que abrir una nueva puerta en la muralla, La Puerta de Sevilla, porque la Puerta de la calle del Río no era suficiente para dar acogida a la cantidad de gentes y ganado que llegaban.
Durante el reinado de Felipe III se crea la feria de mayo, pero es en 1837 cuando la Reina Doña Cristina de Bórbón, a petición del Ayuntamiento, concede que las ferias se celebren el 15 de mayo y el 21 de septiembre. A estos hechos se unirá la celebración de Mercados los días 1 y 15 de cada mes, pasando actualmente a celebrarse estos Mercados cada semana.

Historia:

A través del tiempo, Talavera ha tenido diferentes nombres: Aebura, Caesarobriga, Ébora, Talavaira y, desde 1328, Talavera de la Reina, al donar Alfonso XI la ciudad a María de Portugal como regalo de bodas. Hasta el s. XVI predomina en ella la agricultura y la ganadería, esta última potenciada por el rey Sancho IV, al conceder en 1294 el privilegio de la celebración de ferias.
Según Guillermo Tejada, la palabra "Talavera" sería una palabra prerromana, seguramente celta formada por: "Tala-", de "tol/tal..." - (la misma raiz indoeuropea y latina que "Tol"-edo)- = "redondo/a", y " -vera" o "-bera", bien con el significado de "orilla", o bien con el significado de "vega/ribera/o valle..."; es decir, "la orilla curva del valle, o del río", o "la curva o meandro del valle o del río", tal como lo expresa su geografía; y de ahí la primera parte de su nombre.
En el s. XVI comenzó a hacerse famosa por su cerámica. La industria de la seda aparece en Talavera en el s. XVIII, con la fundación de la Real Fábrica de Seda, siendo cerámica y seda las dos industrias que predominan en ese siglo. A partir del s. XIX, Talavera se distingue por su comercio.

TALAVERA DE LA REINA: v. con ayunt. en la prov. y dióc. de Toledo (12 leg.), part. jud. de su nombre, aud. terr. de Madrid (19), c. g. de Castilla la Nueva, con vicaria ecl., adm. principal de correos y loterías, otra subalterna de rentas y comandancia de armas.
SITUACIÓN Y CLIMA. Sit. á la márg der. del Tajo, en un valle sumamente ameno, donde se crian limoneros, naranjos y otros árboles; es de clima benigno generalmente; reinan los vientos S. y O., algunas veces el N., y sus enfermedades comunes son las intermitentes y algunos dolores reumáticos.
TÉRMINO. Confina al N. con los de Pepino, Segurilla y Mejorada; E. Cebolla; S. Las Herencias, y O. Casar de Talavera; estendiéndose 2 leg. de N. á S., lo mismo de E. á O., y comprende un monte llamado el Chaparral, poblado de encina, propio del ayunt.; otros dos de propiedad particular, llamados Espinosillo y Salinas, con buen arbolado y de bastante estension, sit. al N. de la v.; muchas labranzas para la agricultura, gran plantío de olivos y varios huertos; se hallan también en esta comprensión el desp. de Villanueva del Horcajo y las granjas de la Alcoba y Pajar de Vergara; en los tiempos antiguos se extendía su térm. y jurisd. desde el cast. de Malpica hasta tierra de Trujillo, y desde el el Guadiervás hasta el Guadiana, por donaciones de los reyes, que sufrieron diferentes alteraciones, en favor de los leales servidores o válidos, tan comunes en aquellos siglos: en él estaba incluido lo que se llama el Valle de Pusa, la Jara de Talavera, los térm. de Mejorada, Cervera y el Villar del Pedroso, las deh. de los Guadalupes, Jebalillos, la del Puerto y Castrejón de Ibor. Le bañan el r. Tajo, que pasa al pie de los muros de la v. al S., en donde tiene un puente llamado de Sta. Catalina, sit. detrás del conv. de jerónimos: fue construido en 1,400 a expensas del cardenal D. Pedro de Mendoza, arz. de Toledo, de grandes piedras sillares, pero bastante abandonado, en términos de haber desaparecido algunos de sus arcos, que han sido recompuestos con madera: el puente no se halla, como sucede generalmente, en línea recta, sino que a poco más de la tercera parte de su estension, forma un ángulo agudo, que dirige el resto de la fábrica gran dist. sobre la márg. izq. del r.: tiene 30 arcos y 1,200 pies de long.; el Alberche, que deslinda su térm. 1 leg. al E; el arroyo de la Portiña y otros más insignificantes. El TERRENO es sumamente fértil, como que todo es una gran vega; criándose por lo mismo toda clase de árboles, frutas y hortalizas; no hay más regadío que el que tienen las huertas por medio de norias, siendo lo demás de secano, y no se encuentran sierras, cordilleras, minas ni canteras de cal o yeso. CAMINOS. Cruza de E. á O., entrando por las calles de la pobl., la carretera general de Extremadura; la que se dirige a Castilla por el Puerto del Pico, á Ávila por Mombeltran, al Puente del Arzobispo y a Guadalupe por Sevilleja y el Puerto de San Vicente: la primera en buen estado, y las demás sumamente difíciles y destrozadas.
CORREOS Y DILIGENCIAS. Hay adm. principal de correos, de la que dependen las adm. subalternas de la prov. de Cáceres, sit. á la der. del Tajo, y son: Plasencia, Galisteo, Coria, Perales, Gata, Navalmoral de la Mata, Almaraz, Jaraíz y Jarandilla; las de la prov. de Ávila al S. de las sierras, y son: Arenas de San Pedro y Mombeltran, y las de la prov. de Toledo en su costado O, y son: Puente del Arzobispo, Calzada de Oropesa, Oropesa, Navalmoral de Pusa y Navamorcuende. El correo general se despacha diariamente, en la dirección de Extremadura y Portugal, y los particulares a las estafetas agregadas, tres veces a la semana. Cruzan las diligencias y mensajerías de Badajoz dos veces a la semana; las galeras a la misma cap., Cáceres y Plasencia, sin periodos fijos, y también las hay en la misma v., que hacen sus viajes á Madrid, segun las necesidades del tráfico.
PRODUCCIONES. El trigo, cebada y garbanzos son abundantísimas, y se cogen más de 60,000 fan. de la primera especie, 40,000 de cebada y 2,000 de garbanzos; se cosechan otras muchas semillas, legumbres, verduras, frutas de todas clases, mucho vino y más de 25,000 cántaros de aceite; se mantiene ganado lanar y de cerda, que son los más preferidos, vacuno, cabrío y mular para las necesidades agrícolas, y se cria abundante caza menuda, algunos jabalíes y las buenas anguilas y barbos del r.
INDUSTRIA Y COMERCIO. Reinando Fernando VI se establecieron en Talavera las reales fáb. de seda, industria que se aumentó considerablemente y fue causa del incremento del vecindario, surtiendo en el siglo pasado y aun en este, de exquisitos tejidos labrados a la corte y a los templos de todo el reino: en 1785 fue cedida a los Cinco Gremios de Madrid, que la tienen en el día, y aunque no se encuentra en el estado floreciente que tuvo, se trabajan con mucho esmero toda clase de damascos y demás telas: la cosecha de seda en esta v. y sus cercanías, asciende a 50,000 libras de capullo, empleándose en la hilaza y telares sobre 400 personas; hay otras dos fáb. de propiedad particular, la primera establecida en 1837, aunque más en pequeño que la anterior, se conserva y avanza progresivamente; la última, instalada en 1848 en el edificio conv. que fue de jerónimos (Sta. Catalina), y se cree que se aumentarán en ella otros artefactos. Es también considerable la alfarería que aunque ordinaria, se gradúan sus prod. en 10,000 duros; hay 4 fab. de curtidos, 2 de jabón, un batan, paradas de molinos en el Tajo, que comprenden 12 piedras; otros varios de aceite y 4 de chocolate, todos en prosperidad. El comercio ha decaído notablemente; se expenden los productos de sus fáb.; se exportan sus granos a Madrid, y el aceite a Castilla; se trafica en ganado de cerda, comprándose en las ferias de 2 a 3,000 cab., que se engordan y conducen a Madrid; hay sobre 40 tiendas de géneros catalanes de algodón, paños de todas clases y algunas telas finas; otras muchas más insignificantes para el surtido de los pueblos inmediatos, y se celebran 2 ferias el 15 de mayo y 21 de setiembre, a las que concurren más particularmente, ganados de todas clases.
POBLACIÓN, RIQUEZA y CONTR.: 1,536 vec., 5.883 alm. CAP. PROD.: 15.612,750 rs. IMP.: 620,318. CONTR.: segun el ant. sistema 74'48 por 100: esto es lo que presenta la matrícula de 1842, pero los datos de la redacción ofrecen los siguientes: 1.880 vec., 6,608 alm. RIQUEZA IMP. terr. y pecuaria. 714,399: urbana 352,070. CONTR. terr. y pecuaria 265,500: consumos 113,176: industrial y comercial 51,657. PRESUPUESTO MUNICIPAL: 128,957, el cual se cubre con 110,670 por ingresos de propios, y el resto por arbitrios, ascendiendo los impuestos segun aparecen, á 559,290 rs.
* Diccionario Geográfico - Estadístico - Histórico de España y sus posesiones de Ultramar, Pascual Madoz. Madrid, 1845.

Turismo:

El Museo de Cerámica Ruiz de Luna está situado en el antiguo convento de los Agustinos, en San Agustín el Viejo. La base de este museo está formada por la colección que Ruiz de Luna reunió para que sirviera de modelo a los alfareros de su fábrica, así como piezas producidas por el alfar de Ruiz de Luna, desde su inicio en 1908 hasta su cierre en 1961.
Los diversos estilos, las distintas tipologías, tanto de formas como de decoración, pueden admirarse en sus vitrinas, cerámicas del s. XVI, unas con influencia mudéjar y otras totalmente renacentistas; piezas con el esplendor del s. XVII, y el preciosismo de la influencia alcoreña en las cerámicas del s. XVIII. También pueden apreciarse verdaderas maravillas de la azujelería, como el retablo de San Juan Bautista del s. XVI, el escudo de Santa Catalina, de 1609, o el retablo de Santiago, obra de Ruiz de Luna.