POBRE RATERO
Hace muchos años tantos que apenas me acuerdo, solo me he acordado haciendo un gran esfuerzo, ocurrió en nuestro pueblo un triste suceso, un suceso que solo de pensarlo se me ponen de punta los pelos.
En un extremo del valle, de ese hermoso valle que había en nuestro pueblo, un vecino del pueblo, para ganarse la vida, construyo un gran gallinero, lo lleno de gallinas, no sé si palomas, pero si tenía bastantes y hermosos conejos.
Un domingo o día de fiesta en Junio creo, era por San Pedro, pues estaban segando algarrobas si mal no recuerdo, por la cuesta cercana, por donde discurre el bonito sendero que lleva a los prados. A la hora de la siesta un vecino de un cercano pueblo, sin tener permiso entro al gallinero, cogió dos conejos, los mejores, los demás peso, según decía el dueño, los metió en un saco y veloz como el viento salió corriendo, tan mala suerte tuvo el pobre ratero, que fue sorprendido y muy a pesar suyo llevado hasta el pueblo.
En el pueblo se formo un gran revuelo y aquel pobre ratero, un corro le hicieron cerca de la plaza, entre hombres, mozos, hasta niños había, yo estaba entre ellos. Le hicieron ponerse con los brazos en cruz y en cada mano sujeto un conejo. De esta manera, le hicieron pasearse por la mayoría de las calles del pueblo, con insultos, empujones y en bastantes ocasiones, le dieron en los brazos para que los levantara, pues se le caían al llevarlos en cruz y cargar con el peso de los dos conejos.
Al llegar la guardia civil y preguntarle por que lo había hecho, el pobre ratero bastante asustado, casi sin resuello, sudoroso y con cara de tener mucho miedo, contesto, que tenía mucha hambre, por eso, solo de pensarlo, después de tanto tiempo, se me siguen poniendo de punta los pelos.
Triste y verdadera historia la que ocurrió hace muchos años en nuestro pueblo.
Este país nuestro es un país de extremos, si en aquellos años la manera que tuvo la gente del pueblo de comportarse con el pobre ratero fue penosa, aborrecible, por el trato que a ese hombre dieron, hoy día pasa todo lo contrario, están robando a los agricultores y ganaderos y están completamente indefensos, arrancan los cables de las líneas de riego, entran en las granjas, matan y roban los cerdos, arrancan los grifos de las duchas, cortan alambradas, rompen puertas, todo lo que tocan lo dejan desecho, rara vez los cogen y si los cogen, al día siguiente andan ya sueltos, por este motivo, desde esta página desde donde nos podemos expresar gente de todos los Pueblos, le pido al Gobierno, legislen ustedes, endurezcan las penas, pues no quisiera ver otra vez en mi pueblo a un ratero con los brazos en cruz, sujetando en cada mano un conejo o un pesado cerdo, o lo que es peor, alguna desgracia que pueda ocurrir, al ser sorprendidos robando en el pueblo.
Hace muchos años tantos que apenas me acuerdo, solo me he acordado haciendo un gran esfuerzo, ocurrió en nuestro pueblo un triste suceso, un suceso que solo de pensarlo se me ponen de punta los pelos.
En un extremo del valle, de ese hermoso valle que había en nuestro pueblo, un vecino del pueblo, para ganarse la vida, construyo un gran gallinero, lo lleno de gallinas, no sé si palomas, pero si tenía bastantes y hermosos conejos.
Un domingo o día de fiesta en Junio creo, era por San Pedro, pues estaban segando algarrobas si mal no recuerdo, por la cuesta cercana, por donde discurre el bonito sendero que lleva a los prados. A la hora de la siesta un vecino de un cercano pueblo, sin tener permiso entro al gallinero, cogió dos conejos, los mejores, los demás peso, según decía el dueño, los metió en un saco y veloz como el viento salió corriendo, tan mala suerte tuvo el pobre ratero, que fue sorprendido y muy a pesar suyo llevado hasta el pueblo.
En el pueblo se formo un gran revuelo y aquel pobre ratero, un corro le hicieron cerca de la plaza, entre hombres, mozos, hasta niños había, yo estaba entre ellos. Le hicieron ponerse con los brazos en cruz y en cada mano sujeto un conejo. De esta manera, le hicieron pasearse por la mayoría de las calles del pueblo, con insultos, empujones y en bastantes ocasiones, le dieron en los brazos para que los levantara, pues se le caían al llevarlos en cruz y cargar con el peso de los dos conejos.
Al llegar la guardia civil y preguntarle por que lo había hecho, el pobre ratero bastante asustado, casi sin resuello, sudoroso y con cara de tener mucho miedo, contesto, que tenía mucha hambre, por eso, solo de pensarlo, después de tanto tiempo, se me siguen poniendo de punta los pelos.
Triste y verdadera historia la que ocurrió hace muchos años en nuestro pueblo.
Este país nuestro es un país de extremos, si en aquellos años la manera que tuvo la gente del pueblo de comportarse con el pobre ratero fue penosa, aborrecible, por el trato que a ese hombre dieron, hoy día pasa todo lo contrario, están robando a los agricultores y ganaderos y están completamente indefensos, arrancan los cables de las líneas de riego, entran en las granjas, matan y roban los cerdos, arrancan los grifos de las duchas, cortan alambradas, rompen puertas, todo lo que tocan lo dejan desecho, rara vez los cogen y si los cogen, al día siguiente andan ya sueltos, por este motivo, desde esta página desde donde nos podemos expresar gente de todos los Pueblos, le pido al Gobierno, legislen ustedes, endurezcan las penas, pues no quisiera ver otra vez en mi pueblo a un ratero con los brazos en cruz, sujetando en cada mano un conejo o un pesado cerdo, o lo que es peor, alguna desgracia que pueda ocurrir, al ser sorprendidos robando en el pueblo.
