OFERTA LUZ: 5 Cts/kWh

VALFERMOSO DE TAJUÑA: ! No Loly, ese puente, no se corresponde con los dos...

! No Loly, ese puente, no se corresponde con los dos que hay en mi pueblo! Si quiero que sepas, que hay muchos, sobre El río Tajuña. Cuando yo me acerco, por la ruta de las Vejas cruzo algunos.
Mencionándo, los puentes, has logrado despertar en mi una historia sencilla pero entrañable, por lo que te paso una primera parte, con la opción por ti parte, de que si estu deseo, la pases en Puerto Llano: yo ya en ese foro he cumplido, y me temo que lo que cuento, me ocupe tiempo. Una historia para hoy, podríamos nombrar "EL REENCUENTRO"

<<<Hoy, al igual que otros días, me muevo en el afán de despertar memorias entrañables. La de hoy es sencilla, pero bella; muy bella mirándola de el HOY hacia atrás. Una la resurcita y sonríe, ate aquella inocencia, y aquellas prohibiciones, de los mayores, como si a la naturaleza se la pudiera engañar: esta, mas tarde o temprano, sigue su curso, y se detendrá en el momento y lugar... Me estoy refiriendo, a el empeño de que chicos y chicas, no pudieran jugar juntos... ni tan siquiera se les permitía hablar ente ellos, si los mayores no estaban presentes. Y si alguno o alguna, descubría, que el sexo era diferente, ante la pregunta de el porqué, las respuestas no convencían; peso a el empeño, de, a fin de cuentas no explicar nada.! Que tontería!-me decía yo para mis adentros, cuando empecé a entender, porque eramos diferentes.
Pero volvamos atrás; a los años de la inocencia, cuando se me permitió que acompañara a El Río Tajuña, a llenar el botijo aquel de agua.
! Tu no te arrimes a la orilla, eso es cosa de chicos"- había dicho tu padre. charlando en la merienda de la tarde con el mío, bajo los guindos cerca de el molino.
Te dije mientras, saltaba entre el carrizo, botijo en mano: ¿Porque los padres no quieren que estemos a solas?
-! Pues no lo sé!- me respondiste, y yo saltaba de nuevo, aquella cuba de madera en la mano, con una boquilla en su centro, y que seervía tambie´como recipiente para el agua. Tu mano y la mía libres, se unieron, y caminamos, juntos dirección a "entre carreras". Cuando divisamos a nuestros padre que charlaban animadamente, tu mano se soltó de la mía y me dio rabia. La tarde se desarrolló como la mañana: arrancando las judías ya segas de las matas; pesada tarea, que hacíamos todos los años. Veía como a veces te ponías de pie. Yo hacía lo propio, apenas -por la distancia- veía tus ojos, pero sabía, que me estabas mirando. Te agachabas de nuevo... entre las matas de judías, y yo hacía otro tanto, mientras pensaba. ¿porque nos prohibían jugar con las chicas?! Vaya tontería que se inventan estos mayores!... esto ya te lo había dicho alguna vez.
Crecí y creciste. la vigilancia y prohibición se hizo mayor. Seguían en lo que yo consideraba, una manía persecutoria; sin explicar nada. Yo te miraba de lejos o cerca con devoción; como si temiera te lastimaras. Yo deseaba cogerte la mano. Ya ves cogerte la mano, porque me gustaba. Y porque me gustaba que los mas mayores, carretera a bajo los domingos, a veces se agarraban de la mano.
Me marché a la ciudad.! Cuanto eche de menos aquellos ratos en jugábamos a escondidas! hasta me gustaba fingir cuando jugábamos a "la gallina ciega"; que te había encontrado por casualidad. Me gustaba a tientas, tocar tocar tu pelo rizoso, tu cara, y luego a bajar aquellos altos escalones.
Había regresado para ayudar a los míos: esas fueron mis vacaciones de dos años. Te encontré en La Calle Mayor,. Era de noche, pero a la luz de la débil bombilla, distinguí en tus bellos ojos... una mirada parecida a la mía. Ya eras una mujer. lo decían tus pechos firmes y crecidos. Yo hubiese querido decirte que yo ya usaba la "guillette", bajo de mi nariz y mi boca. No te dije nada. me sentía acomplejado.
Era la época de la siega. Aquel día, mi padre, mi padre... me ordenó (entonces los padres ordenaban...) segar una cabecera de cebada, cerca de el molino. y sobre el medio día, decidía bañarme en el puente... completamente desnudo: Siempre era así, Chapoteé, hasta ganar la corriente, y me senté en unas piedras... Dos mulas, cargadas de mies, se acercaban a el puente. Corrí y me escondí bajo la mole de cemento agarrado a unos juncos. Escuchaba, el ruido de los cascos, sobre el puente, y sigilosamente, mire... eras tu. Esperé te alejaras. No quería que me vieras desnudo, y sin embargo de niños yo te había visto desnuda y tu a mí. Acudieron en aquel instante algunas respuestas que no me pare a analizar. Me vestí deprisa, y cuando ya ganabas la cuesta, de el atajo que conduce a "El arenal" Y te dije:! hola! Y con voz timida:! Eres muy guapa!...
! Que ojos los tuyos, chiquilla!... Quise decirte, pero las palabras no me salieron. Me mirabas fijamente... y yo mire para el suelo polvoriento, inquieto y azorado. (continuará)
LIBERTAD
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Gracias por la aclaración referente al puente de la foto que puse en vuestro pueblo, pènsando correspondia a él, pero bueno, en algún modo me alegro de haberlo hecho, porque ha dado base a que nazca esta bonita historia, aunque no con final feliz como en los cuentos, pero era lo que pasaba en los pueblos; cuando los hijos e hijas nacian, ya les buscaban marido o mujer, pero al fin y al cabo, ha sido bonito leerla y para tí supongo entrañable recordarla

Un abrazo