IRIEPAL: Hola, a los de Iriépal nos llaman bubillos y hay más...

Hola, a los de Iriépal nos llaman bubillos y hay más de cuatrocientos habitantes, aunque la cifra no está definida con exactitud porque, oficialmente, ha dejado de ser un pueblo para pasar a ser una pedanía o barrio anexionado de la capital, Guadalajara. Eso quiere decir que hay una votación directa para elegir un alcalde que, realmente, sólo tiene el poder que le cede el alcade de la capital. Población, en definitiva, por las casas y la gente, hay alrededor de 800 habitantes. Donde están las monjas no es un monasterio, sin un convento de carmelitas descalzas, aunque ignoro cómo es definido por la diócesis. Fue constuido no hace mucho, unos treinta años, y es curioso que pongan una foto de cosas que no se ven, pues nadie puede acceder al recinto interior del convento -son monjas de clausura.
Lo de Espartaco es verdad, todavía hay gente que vive y que trabajó como extra.
La distancia por carretera a la capital era, antes de la fiebre del ladrillo, de 3 kilómteros, pero actualmente no llega a dos. Es muy curioso observar cómo las casas han ido comiéndose al campo.
Tanta cercanía a la capital provoca dos fenómenos contrapuestos: por un lado, el pueblo no se despuebla, porque mucha gente viene a vivir aquí por un precio un poco -no mucho- más asequible. Pero, por otro, como en Guadalajara tenemos de todo, pues en el pueblo hay mucha falta de iniciativa; como todos los servicios están a cinco minutos, pues no se instalan en el pueblo. Así que estamos en un limbo sin definir, pues, aunque la gente sea de pueblo, funciona en realidad como un barrio de las afueras.