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AMAYAS

CRÓNICA EN EL DIARO DE NUEVA ALCARRIA, VIERNES, 24 DE AGOSTO 2001.

BENDICIÓN DE LA NUEVA IMAGEN DE SANTA BÁRBARA QUE SUSTITUYE A LA DESAPARECIDA.

Amayas se vistió de fiesta y todos sus vecinos acompañados de los que descansan en este caluroso verano, al repique doble de campanas se han reunido en la iglesia parroquial de San Martín, para marcar un día histórico en el calendario de este tercer milenio.

Son las once de la mañana y con aire fresco que le detiene al calor, y entre el fervor y devoción a Santa Bárbara, la nueva imagen, es bendecida por el reverendo don Enrique Herranz Martínez, al pie del altar mayor.

La iglesia en el mayor silencio, se nota en los ojos de sus feligreses esa emoción que quiere ver, y un corazón que quiere amar a su santa que durante siglos se venera en la ermita que lleva su nombre de Santa Bárbara, allí en lo más alto de la montaña, como si la santa anunciara los <<truenos en los días, que las nubes envián su lluvia>>.

RECUPERACIÓN DE LA HISTORIA.

Este querido pueblo de Amayas ha querido recobrar, su imagen de la santa que sustituye a la imagen desaparecida la cual data aproximadamente de un centenar de años.

También en ese mismo día del robo en la ermita desapareció un busto de San Martín; era el mes de mayo de 2000 cuando el suceso se desveló, algunos vecinos se trasladaron hasta el lugar de la ermita, situada aproximandamente a 1,5 kilómetros del pueblo de Amayas, para limpiar el templo, razón por la que se desconoce la fecha del robo.

Un pueblo de fe que en los hijos de Amayas siempre ha marcado. El pasado día 16, después de la aucaristía, la imagen fue portada en andas hasta la ermita. Y entre cánticos y peticiones, pudieron de nuevo coronar la montaña y pasar las puertas del templo para depositar a la imagen y desde hoy conocerán las futuras genraciones ese gran acontecimiento.

En la homilia se le hicieron tres peticiones: fortaleza para nuestra fe; seguridad en la esperanza; nos dé fuerza para amar desinteresamente, y que seguro que la santa a cada uno de los hijos de Amayas les habrá depositado en sus manos, para que los pocos que se quedan en el invierno tengan tranquilidad y para los que se marchan a la ruidosa y agitada ciudad tengan el apoyo para mantenerse y dejarse caer en el mundo engañoso.