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ALBARES (Guadalajara)

Mas rosas
Foto enviada por FG

 ¡No, por favor, eso me aburre
El rey de Baviera le contestó:
¡á¢¯Vuestra majestad me permite que le presente a mis ministros?
Mientras contemplaba uno de los pabellones, Napoleón III, siguiendo la etiqueta, le dijo:
El rey Luis I de Bavierahijo de Maximiliano I, visitaba la Exposición Universal de París de 1867.
El Rey Luis I de Baviera, aburrido.
¡öEs que vuestra condici¨®n ha cambiado. Antes ¨¦rais el primer mercader y como tal yo os invitaba. Pero ahora sois el ¨²ltimo de los nobles y yo no puedo sentaros a mi mesa sin ofender a los dem¨¢s.
El rey le dijo entonces:
En una de las pocas ocasiones en que se vieron, Maese Juan le recordó al soberano los tiempos en que comían juntos, lamentando que no continuase aquella costumbre.
Un día, viendo éste los favores que le dispensaba el soberano, se creyó en situación de poder pedirle un título de nobleza. En esto se equivocó Maese Juan porque el rey, si bien le concedió lo que le pedía, no volvió a invitarle a comer.
Trataba con toda clase de personas e incluso las sentaba a veces a su mesa. Invitaba, a menudo, por ejemplo, a un mercader llamado Maese Juan.
Luis XI de Francia no gustaba de la envarada etiqueta cortesana
Luis XI de Francia, apodado el Prudente, era una persona muy cercana y campechana.
El Rey y el mercader.
Es sin duda la canción infantil más popular en España desde la época de la Colonia. La canción pasó a nuestro país por influencia directa de los Borbones. Aquí, se hizo de nuevo popular, sobre todo entre las niñas que la utilizaban para acompañar al juego de la rayuela.