dedicado a Alondra...
Cuando vuelvas
no te olvides regalarme tu risa
para dar alegría a mis colores,
no te olvides
regalarme tu mirada
para dar brillo a mis ojos,
no te olvides
regalarme tu beso
para endulzar mi piel;
no te olvides
dejarme tu caricia
para contagiarme de ti.
Déjame un soplo de tu corazón
para infundirme tu aliento;
así sabrás, donde habitas
y que nadie
borró nunca tu sombra.
Cuando vuelvas
no te olvides regalarme tu risa
para dar alegría a mis colores,
no te olvides
regalarme tu mirada
para dar brillo a mis ojos,
no te olvides
regalarme tu beso
para endulzar mi piel;
no te olvides
dejarme tu caricia
para contagiarme de ti.
Déjame un soplo de tu corazón
para infundirme tu aliento;
así sabrás, donde habitas
y que nadie
borró nunca tu sombra.