Hola amigos de La Ventosa, quiero agradeceros a los protagonistas que habéis colaborado en la idea de celebrar el día de Las Gachas. Esta foto, al menos a mí y creo que a muchos de vosotros también, me trae muchos recuerdos, y también algunas añoranzas de tiempos pasados. Me estoy refieriendo por ejemplo, a aquellos almuerzos en los que nos reuníamos toda la familia alrededor de una gran sartén de gachas, humeantes, recién apartadas del fuego de la lumbre, y también aquellas tajadas de tocino con su corteza tan crujiente. Unos almuerzos que nos dejaban fuertes y listos para afrontar las duras tareas del campo, en donde como muchos de vosotros sabéis no existía el tractor, sino que sólo existía el arado, la vertedera, la yunta de mulas para los mas afortunados, y los borricos para los menos...
Luego venía el verano, esto si cabe, todavía, era más duro... tenías que enfrentarte a la siega, y sólo disponías de la hoz en una mano, y de la zoqueta en la otra. Un surco para allá, otro para acá... agotador! Luego el acarreo, la trilla, la ablentadora, etc, etc...
Y entonces tampoco existía la tan relajante ducha... sólo disponíamos de una palancana o de un río, que entonces, al menos, bajaba agua... y podías darte algún chapuzón cuando tenías tiempo, que por desgracia era muy pocas veces.
Bueno nada más. Quiero animaros a seguir participando para que aquellos viejos tiempos de luces y sombras sigan al menos en nuestras memorias.
Un saludo para todos de un vecino de la calle Nazaret que se llama Pablo.
Luego venía el verano, esto si cabe, todavía, era más duro... tenías que enfrentarte a la siega, y sólo disponías de la hoz en una mano, y de la zoqueta en la otra. Un surco para allá, otro para acá... agotador! Luego el acarreo, la trilla, la ablentadora, etc, etc...
Y entonces tampoco existía la tan relajante ducha... sólo disponíamos de una palancana o de un río, que entonces, al menos, bajaba agua... y podías darte algún chapuzón cuando tenías tiempo, que por desgracia era muy pocas veces.
Bueno nada más. Quiero animaros a seguir participando para que aquellos viejos tiempos de luces y sombras sigan al menos en nuestras memorias.
Un saludo para todos de un vecino de la calle Nazaret que se llama Pablo.
