Es curioso como a veces un sabor, un olor o un determinada hecho, hacen que un oculto resorte de la memoria, active un recuerdo dormido en la misma. Seguro que también os ocurre a vosotros.
En este caso es la nieve la que pone en marcha un Recuerdo en mi Memoria.
Hoy es día 7 de Enero, 17:30 horas y nieva en cuenca sin parar desde las 13:00 horas.
Contemplando la caída de la nieve me transporto a una pequeña habitación con baldosa de barro rojo, al frente, un hueco con estantes (poyales) de madera, forrados con papel plastificado (hule) y en sus cantos un ribete de “puntillas”, y encima de ellos, vasos de cristal y un juego incompleto de tazas y platillos de café alguno desportillado.
A la izquierda una repisa de madera pintada de marrón, con frente de “puntillas”, y encima, un aparato de radio muy bonito marca Ondina ¿qué habrá sido de el? Tenía un círculo con las frecuencias marcadas que se iluminaba al sonar el click del encendido. Un cuadro del Sagrado Corazón de Jesús y otro de la Inmaculada Concepción completaban la “decoración”.
A la derecha una ventana con dos hojas de madera que daba a un patio. En los cristales empañados yo dibujo espadas, pistolas, conejos, flores…
El mobiliario se compone de una mesa con faldas, varias sillas de madrea con asiento de anea y una estufa, con un recogedor de ceniza y unas tenazas (estenazas se oía decir entonces) de hierro. En el techo, una bombilla colgada de un cable entrelazado que se unía visto por la pared, a una llave de cruz esmaltada que había a la entrada…
En la habitación hay tres personas, mi abuela, mi madre y yo. Mi madre cose, mi abuela hace punto con unas agujas muy largas de las que salen unos hilos gruesos de lana que van a un ovillo que hay en un cestillo de mimbre o esparto forrado de tela.
Yo estoy sentado al lado de la estufa leyendo. A mi lado, un montón de tebeos manoseados del Capitán Trueno, El Jabato, Roberto Alcazar y Pedrin, El Guerrero del Antifaz o Yuki el Temerario…
Mi madre, entre comentario y comentario con mi abuela, me mira arrobada, con orgullo, y dice:”Este chico como siga así va a ser maestro” (ella no sabía leer).
La nieve sigue cayendo en mi recuerdo… y en Cuenca también, y por cierto ¡tengo que trabajar! Otro día os contaré cosas de la radio y mas…
Adiós foreros. Sed buenos. Os quiero.
En este caso es la nieve la que pone en marcha un Recuerdo en mi Memoria.
Hoy es día 7 de Enero, 17:30 horas y nieva en cuenca sin parar desde las 13:00 horas.
Contemplando la caída de la nieve me transporto a una pequeña habitación con baldosa de barro rojo, al frente, un hueco con estantes (poyales) de madera, forrados con papel plastificado (hule) y en sus cantos un ribete de “puntillas”, y encima de ellos, vasos de cristal y un juego incompleto de tazas y platillos de café alguno desportillado.
A la izquierda una repisa de madera pintada de marrón, con frente de “puntillas”, y encima, un aparato de radio muy bonito marca Ondina ¿qué habrá sido de el? Tenía un círculo con las frecuencias marcadas que se iluminaba al sonar el click del encendido. Un cuadro del Sagrado Corazón de Jesús y otro de la Inmaculada Concepción completaban la “decoración”.
A la derecha una ventana con dos hojas de madera que daba a un patio. En los cristales empañados yo dibujo espadas, pistolas, conejos, flores…
El mobiliario se compone de una mesa con faldas, varias sillas de madrea con asiento de anea y una estufa, con un recogedor de ceniza y unas tenazas (estenazas se oía decir entonces) de hierro. En el techo, una bombilla colgada de un cable entrelazado que se unía visto por la pared, a una llave de cruz esmaltada que había a la entrada…
En la habitación hay tres personas, mi abuela, mi madre y yo. Mi madre cose, mi abuela hace punto con unas agujas muy largas de las que salen unos hilos gruesos de lana que van a un ovillo que hay en un cestillo de mimbre o esparto forrado de tela.
Yo estoy sentado al lado de la estufa leyendo. A mi lado, un montón de tebeos manoseados del Capitán Trueno, El Jabato, Roberto Alcazar y Pedrin, El Guerrero del Antifaz o Yuki el Temerario…
Mi madre, entre comentario y comentario con mi abuela, me mira arrobada, con orgullo, y dice:”Este chico como siga así va a ser maestro” (ella no sabía leer).
La nieve sigue cayendo en mi recuerdo… y en Cuenca también, y por cierto ¡tengo que trabajar! Otro día os contaré cosas de la radio y mas…
Adiós foreros. Sed buenos. Os quiero.
