BELMONTE: Reflexión...

Reflexión

“Señor: has que ame de corazón a los que me rodean, mientras espero vuestra abrazada de bienvenida que me llena de paz y de vida” (De la oración del ferroviarios)

Decía el francés Blas Pascal, que había diferencia cuando se ama con el corazón, que cuando se ama con la razón, y es que el corazón es una fuente de vida y de calor, por el pasa todo el flujo de la vida como es la sangre de todas las arterias.

La razón quizás vea bien a la hora de emitir un juicio, pero esta es fría y todo los piensa con sequedad y valorando en que se puede aprovechar de todo cuanto piensa y trata, aquí quizás se forjan lo que manejan mucho dinero, o los que tiene que comerciar y calcular el riego de las negociaciones. La razón es fría en el trato de las personas porque no se fía y todo los miras bajo el prisma del negocio.

Claro que cuando al amor de corazón se le junta la luz de la razón seda la unión de hacer el bien con racionalización, pero no es frio porque lleva el calor del corazón, el corazón cuando tiene que hacer el bien no mira el riesgo que esto le puede suponer, y este amor de corazón lo tenemos que practicar con las personas que tenemos más cercanas tanto en casa como en el trabajo que en el pasamos una parte importante de nuestra vida y el tener un buen compañero en el trabajo es un lujo que hay que valorarlo porque el nos puede ayudar en un momento que nos haga falta.

Los hombres están necesitados de encontrar personas que los acompañen es este caminar por la vida, el hombre necesita abrirse y contarle al amigo lo que pasa por su interior, pero como todo tiene su riesgo, la amistad se puede dar y al principio creo que ya esta madura y no es así, la amistad es como el buen vino que tiene que tener el tiempo adecuado para que cojo sabor y que el paladar lo deguste, pues lo mismo pasa con la amistad cuando esta es sincera, que tiene que madurar, porque el hacer una amistad quizás no cueste mucho tiempo, pero que esta amistad dure tiempo es como dice el refrán es harina de otro costal.

Vemos que en la juventud tuvimos muchos amigos y con ellos compartíamos muchas cosas, pero estos amigos a medida que hemos crecido en años han desaparecido por muchas circunstancias por eso el mejor amigo que podemos tener es el Seño que siempre esta disponible para escucharnos y no se cansa ni se incomoda es muy parecido a los buenos libros que nos ilustran y lo cogemos y los dejamos y ellos no se incomodan ni se enfada y hay que ver lo que aprendemos de ellos.

20-04-24


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