El podador
Por estas fechas podaba sus viñas el podador, y el sarmentador iba recogiendo los sarmiento para hacerlos gavillas, y caia la tarde cuando se levanto un vientecillo humedo que se metia en los huesos y de pronto empezo a nevar. El podador le dijo al joven ves a por el burro que nos vamos al pueblo porque la nieve no tiene visos de parar de caer.
Como así fue cuando echaron los trebejos encima del burro empezo arreciar la tormenta de la nieve y a penas pasado unos minutos la tierra lucia el manto de nieve que no paraba de caer copos de esta y cada vez más grandes. Pues el camino se iba borrando y todo parecia que era llano porque la nieve lo cubria todo.
Al lleganr el podador y el sarmentador al pueblo no paraba de caer la nieve y cada vez con más fuerza, entraron en el corral y quitaron todos los trebejos que habian puesto encima de la albarda del burro y este lo pasaron a la cuadra y le llenaron el pesebre de paja y por encima le añadieron unos granos de cebada para animar al burro que empezo a comerse la pastura como el que ha pasado del frío al calor.
En los animales pasa lo mismo que en las personas cuando estan en un ambiente propicio que se animan a comer y en poco tiempo devoran lo que tenga a mano. En la cuadra de los animales en este tiempo se esta bastante caliente ya que los animales dan calor y asi lo hemos comprobado los que hemos pasado por los establos en estos tiempos invernales.
Cuenta la historia que don Alfonso VIII de Castilla solia contarle a su nieto don Fernando III el Santo la bravura de un soldado en la batalla de las Navas de Tolosa que viendo que se le acercaban una cuadrilla de soldado sarraceno degajos un tronco de olivo y empezo a machar craneos de los soldado sarracenos que querian matarlo, cuando esto lo vio don Alfonso exclamo ¡machuca ¡machuca,! el tal soldado era Pedro Machuca Vargas.
Y el rey Fernando III el Santo cuando llegó al trono quiso rendirle honores a don Pedro que era muy mayor y cogio una mañana temprano su caballo y en dos galopadas se puso en la alquería donde don Pedro estaba podando sus viñas, el rey se puso a recoger los sarmientos que podaba don Pedro y cuando este se levanto vio al rey que estaba recogiendo los sarmientos, entonce don Pedro que reconocio al rey le dijo pero que haceis majestad ya lo veis don Pedro recogiendo los sarmiento que vos cortais, entonces el rey dijo ¡A tal podador tal sarmentador!
Por estas fechas podaba sus viñas el podador, y el sarmentador iba recogiendo los sarmiento para hacerlos gavillas, y caia la tarde cuando se levanto un vientecillo humedo que se metia en los huesos y de pronto empezo a nevar. El podador le dijo al joven ves a por el burro que nos vamos al pueblo porque la nieve no tiene visos de parar de caer.
Como así fue cuando echaron los trebejos encima del burro empezo arreciar la tormenta de la nieve y a penas pasado unos minutos la tierra lucia el manto de nieve que no paraba de caer copos de esta y cada vez más grandes. Pues el camino se iba borrando y todo parecia que era llano porque la nieve lo cubria todo.
Al lleganr el podador y el sarmentador al pueblo no paraba de caer la nieve y cada vez con más fuerza, entraron en el corral y quitaron todos los trebejos que habian puesto encima de la albarda del burro y este lo pasaron a la cuadra y le llenaron el pesebre de paja y por encima le añadieron unos granos de cebada para animar al burro que empezo a comerse la pastura como el que ha pasado del frío al calor.
En los animales pasa lo mismo que en las personas cuando estan en un ambiente propicio que se animan a comer y en poco tiempo devoran lo que tenga a mano. En la cuadra de los animales en este tiempo se esta bastante caliente ya que los animales dan calor y asi lo hemos comprobado los que hemos pasado por los establos en estos tiempos invernales.
Cuenta la historia que don Alfonso VIII de Castilla solia contarle a su nieto don Fernando III el Santo la bravura de un soldado en la batalla de las Navas de Tolosa que viendo que se le acercaban una cuadrilla de soldado sarraceno degajos un tronco de olivo y empezo a machar craneos de los soldado sarracenos que querian matarlo, cuando esto lo vio don Alfonso exclamo ¡machuca ¡machuca,! el tal soldado era Pedro Machuca Vargas.
Y el rey Fernando III el Santo cuando llegó al trono quiso rendirle honores a don Pedro que era muy mayor y cogio una mañana temprano su caballo y en dos galopadas se puso en la alquería donde don Pedro estaba podando sus viñas, el rey se puso a recoger los sarmientos que podaba don Pedro y cuando este se levanto vio al rey que estaba recogiendo los sarmientos, entonce don Pedro que reconocio al rey le dijo pero que haceis majestad ya lo veis don Pedro recogiendo los sarmiento que vos cortais, entonces el rey dijo ¡A tal podador tal sarmentador!
