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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: La letra y el espíritu...

La letra y el espíritu

Los artistas del Beato quisieron evitar un exceso de imágenes redundantes con relación al texto, recalcadas sobre las palabras, las reemplazan en nuestra percepción.​ Los artistas de los siglos X y XI, lo vimos, solucionaron el problema irrealizando las escenas, renunciando a todo elemento de decorado inútil con el fin de no sumergir la mirada del lector en todo lo que descartaría el espíritu de la parte fundamental. Entonces las miniaturas se liberan, purificadas de todo lo que puede darse por anecdótico.

El artista puede también agregar a la figuración de una visión datos resultantes del comentario de Beato. Es lo que se puede ver en el Beato de Osma (f° 117v) y en el Beato de Facundo (f° 187), donde al Diablo se le presenta encadenado en el infierno y donde los Ángeles reúnen a los que barrió la cola del Dragón.​ Aquí la miniatura se apropia el comentario de Beato que, con motivo del libro XII del Apocalipsis, se anticipa al libro XX donde se menciona que se encadenó a Satanás.

El trabajo del pintor puede ser más complejo aun cuando, en una misma miniatura, procede a una audaz síntesis de varios pasajes. Debe entonces renunciar a la transcripción literal. Si los 24 Ancianos (o Sabios, o Viejos) corren el riesgo, en un espacio reducido, de causar un bullicio que encubriría otros datos esenciales... ¡se representan 12! Poco importa: ¡sabemos que son 24, puesto que los textos lo dicen y que otras páginas los muestran al completo! Se aclaran un poco las filas, se suprimen algunas alas en otra parte, y así se tiene el lugar suficiente para ofrecer una visión global extraída de dos capítulos. Es lo que se puede ver en la admirable miniatura del f° 117v del Beato de Facundo:

"La gran Teofanía se continúa con esta miniatura del Beato de Facundo (folio 117 reverso, formato 300 x 245 mm., diámetro del círculo 215 mm.) que une dos pasajes del texto en una única imagen (Apoc. IV 2 y 6b-8a, así como V 6a y 8) para constituir la visión del Cordero místico." Pero el ilustrador se toma libertades con el texto. Así los cuatro Seres del Tetramorfos, que simbolizan a los cuatro Evangelistas (llevan cada uno un libro) no lleva cada uno seis alas, sino un solo par, cubierta de ojos; por otra parte, están encima de una especie de disco inspirado en las famosas ruedas del carro de Yahvé, en Ezequiel (I 15), según una fórmula muy antigua que es frecuente en la iconografía del Tetramorfos. En cuanto a los Veinticuatro Sabios, se reducen a doce solamente, que realizan las acciones descritas (Apoc. V 8): cuatro de ellos "se arrodillan", otros cuatro "tienen cítaras" (siempre de tipo árabe), y los cuatro últimos tienen en su mano "copas de oro llenas de perfumes". En el centro, finalmente el Cordero, portador de la cruz asturiana está en posesión de un relicario que simboliza el Arca de la Alianza. Sobre el círculo figura la puerta abierta al cielo, un arco en herradura contiene el trono divino (Apoc. IV 2) "con el Que se sienta sobre este trono".

La síntesis de los pasajes IV-4 y V-2 del Apocalipsis es muy frecuente. Se la encuentra incluso en a los folios 121v y 122 del Beatus de Saint Sever.