OFERTA LUZ: 5 Cts/kWh

ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Los Beatos...

Los Beatos

Los reflejos de una liturgia

Quedan una treintena de manuscritos miniados del Comentario del Apocalipsis redactado por Beato en la Abadía de Santo Toribio de Liébana en 776, 784 y 786. De ellos, veinticinco están completos, veintidós tienen imágenes, pero solamente una decena pueden considerarse como antiguos. Según algunas hipótesis, el manuscrito se decoró desde el principio, como hacen pensar las partes insertadas en el texto, que hacen referencia a una imagen. Pero no se ha conservado ninguno de estos proto-Beatos.

Las imágenes impactan incluso a los que conocen bien el Apocalipsis. Pero no es subestimar el genio de los miniaturistas, reconocer la relación de muchos elementos con la realidad que los rodeaba. Si los decorados, los muebles, las actitudes parecen ser puros productos de la imaginación, es porque la liturgia que los suscitaba no nos es familiar; por eso atribuimos a la invención lo que estaba incluido en la observación. Una vez más conviene atender al talento literario y la precisión de Jacques Fontaine:

Hay quizás que esperar, de estas ilustraciones, visiones de las liturgias mozárabes que conservamos en las miniaturas, en particular las de los Beatos. Pues aquí se alimentan mutuamente cosas vistas y visiones. Si los fastos de la liturgia humana ya significan la realización imperfecta y figurativa de la gran liturgia celestial del Apocalipsis, es evidente, en el sentido más propio -el de una visión inmediata-, que el pintor Magius​ sus alumnos y sus imitadores no han podido imaginar lo que no veían más que a partir de lo que veían. De ahí tantos altares con cálices, coronas votivas suspendidas sobre estos altares, que son como la proyección onírica de lo que los monjes mozárabes veían en sus iglesias y vivían cada día, pero sobre todo en las grandes fiestas.

Obra citada, pp. 47-48

Esta liturgia, estos objetos, estas luces deslumbraban a los propios árabes, como ese canciller musulmán que había asistido a una ceremonia nocturna en una iglesia de Córdoba, como lo informa su cronista, también musulmán:

La vio cubierta de ramas de mirto y suntuosamente adornado, mientras que el sonido de las campanas resonaba en su oído, y que el resplandor de los cirios deslumbraba sus ojos." Se detuvo fascinado a pesar suyo, a la vista de la majestad y la alegría consagrada que irradiaba de este recinto; se acordó a continuación con admiración de la entrada del sacerdote y los otros adoradores de Jesucristo, todos revestidos de ornamentos admirables; el aroma del vino viejo que los ministros vertían en su cáliz y donde el sacerdote empapaba sus labios puros; el comportamiento modesto y la belleza de los niños y adolescentes que servían cerca del altar; la recitación solemne de los salmos y rezos consagrados; finalmente todos los demás ritos de esta ceremonia; la devoción y la alegría solemne al mismo tiempo, con que se desarrollaba, y el entusiasmo del pueblo cristiano...

in Jacques Fontaine, Obra citada, p. 49