Y porque no hay nada que duela más que tener delante de tus ojos alguien a quien te comerías por los pies y tener que limitarte al beso en cada mejilla y buenas noches.
Y porque cada vez que te cuenta que se ha enamorado de tal o cual te pone enfermo.
Y porque para ella es fácil seguirte teniendo a mano como amigo y para ti es una montaña verla y no llenarla de besos.
Y porque eres un soñador y nunca pierdes la esperanza de que se enamore de ti. Cosa que nunca pasa, porque tú eres un amigo y jamás entrarás en la categoría de amante.