Santiago Ramón y Cajal, ALCONCHEL DE LA ESTRELLA

Anverso del billete de cincuenta pesetas.
Emisión de
22 de Julio de 1935

Introducción

Debido al problema ocurrido con la casa Bradbury, se encomendó la fabricación de esta serie (al igual que la de 7 de Enero de 1935) a la casa londinense "Thomas de la Rue and Co. Ltd.".

Los bocetos fueron presentados el 22 de Julio de 1935, fecha que aparece en el billete, y aprovados definitavemente el 19 de agosto de 1936.

Tirada, series y tamaño

Serie única de 50 pesetas, con el retrato de Ramón y Cajal, de la que se hicieron 20 millones de billetes.
Sin serie y con la letra "A", con diez millones de cada una de ellas.
Tamaño 122 x 82 mm.

Características técnicas

Fabricados en tipografía y calcografía por "Thomas de la Rue".
En el anverso de este billete de 50 pesetas figura el busto del médico e investigador Santiago Ramón y Cajal, y en la parte superior aparece una orla con el escudo republicano de España con una corona mural. Se muestran también, a ambos lados, dos figuras alegóricas femeninas. En el reverso figura una representación del monumento dedicado al propio Ramón y Cajal, realizado por el escultor Victorio Macho, y que se encuentra en el Retiro de Madrid. Lleva como marca al agua el perfil del propio médico.
Lleva una numeración en rojo en la parte derecha del anverso y otras cuatro, también en rojo, en las equinas del reverso.

Circulación

Se pusieron en circulación el 19 de agosto de 1938. Sólo circularon durante la Guerra Civil en el bando republicano, aunque los de la letra "A" no llegaron a circular.
Acabada la guerra civil en abril de 1939, fueron retirados de la circulación.

Fuente: Banco de España
(22 de Julio de 1935)
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Una extraña felicidad la inundó por dentro y acabó con el confuso dolor que se había quedado en la boca del estómago, y junto a la tristeza y el dolor de haber perdido algo, sintió amor por todo lo hermoso y bello que había en el mundo...
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Fue aquel día cuando sintió que el soplo de aire que levantaba una hoja la sostenía a ella también, y que el silencio estaba lleno de sonidos y de vida. Fue entonces cuando se dió cuenta de que la calle en la que vivía resplandecía más que ninguna calle de su pueblo...
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Hubo un momento en que a mi amiga le pareció abarcar todo el mundo real. Antes lo había percibido de forma fragmentada: lo frágiles que eran las flores, los roncos gritos de algunos pájaros, el susurro de la briznas de hierba de los costones. Todo esto la habían dejado encantada en más de una ocasión. Sentada en el cómodo hueco de un tronco había disfrutado de la suavidad de la hierba verde por donde pasaba la mano y, de la verde sombra que la protegía. Pero hasta aquel día no se le habían despertado...
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A pesar de que había transcurrido mucho tiempo, mi amiga veía, olía, gustaba y sentía con toda exactitud las impresiones e entonces, de aquellos años de su niñez, en aquel lugar, en aquellos momentos, hace ya más de... ¡muchos años!, Y puede explicar o describir los hechos posteriores gracias a la aguda sensibilidad que entonces tenía...
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Ahora, mi amiga se sorprende de que fuera capaz de reconocer todo aquello con tanta precisión. Pero el caso -dice-, que lo percibió, que se dió cuenta claramente de la importancia del momento, y que incluso pensó: "Tengo que recordar esto".
Se frotó el estómago, de donde le parecía que brotaba aquella pena que sentía, miró a su alrededor para asegurarse de que nadie la había visto hacer pucheros, y para fijar en la memoria los detalles de aquel día...