Los esquemas del matemático, como los del pintor o el poeta
deben ser bellos; las ideas, como los colores
o las palbras, deben unirse de manera armoniosa.
La belleza es la primera prueba: no hay
lugar perdurable en el mundo para unas matemáticas feas. (G. H. Hardy)
HACE UNA GENERACIÓN, la mayoría de las personas, al terminar el trabajo del día, requerían descanso; hoy necesitan ejercicio.
...
- ¿Qué te aflije, lucero radiante? ¿Por qué lloras amada mía?
- ¡Ay! -exclamó la estrella; -lloro de envidia, porque cuando de noche arrojo mi claridad sobre la Tierra, he visto allá abjo, en un charco de agua, a una de mis hermanas, a otra estrella más feliz que yo. Soy envidiosa. Quisiera hallarme en su lugar, unir al suyo mi reflejo y temblequetear de gozo en la superficie del agua oscura, cerca de las gentes que por allí pasan cantando a la NAVIDAD...
Una estrella lloraba...
Allá arriba, muy lejos, en el azul purísimo del firmamento, centelleando sobre un fondo luminoso recamado de constelaciones brillantes, una estrella lloraba amargamente devorada por un pesar oculto. Un ángel, el más hermoso de los ángeles, que por allí pasaba batiendo pausadamente sus alas sonrosadas, interrogó al astro melancólico:...
Llegó la hora de las despedidas, así que un beso y buenas noches a todos.
deben ser bellos; las ideas, como los colores
o las palbras, deben unirse de manera armoniosa.
La belleza es la primera prueba: no hay
lugar perdurable en el mundo para unas matemáticas feas. (G. H. Hardy)
HACE UNA GENERACIÓN, la mayoría de las personas, al terminar el trabajo del día, requerían descanso; hoy necesitan ejercicio.
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- ¿Qué te aflije, lucero radiante? ¿Por qué lloras amada mía?
- ¡Ay! -exclamó la estrella; -lloro de envidia, porque cuando de noche arrojo mi claridad sobre la Tierra, he visto allá abjo, en un charco de agua, a una de mis hermanas, a otra estrella más feliz que yo. Soy envidiosa. Quisiera hallarme en su lugar, unir al suyo mi reflejo y temblequetear de gozo en la superficie del agua oscura, cerca de las gentes que por allí pasan cantando a la NAVIDAD...
Una estrella lloraba...
Allá arriba, muy lejos, en el azul purísimo del firmamento, centelleando sobre un fondo luminoso recamado de constelaciones brillantes, una estrella lloraba amargamente devorada por un pesar oculto. Un ángel, el más hermoso de los ángeles, que por allí pasaba batiendo pausadamente sus alas sonrosadas, interrogó al astro melancólico:...
Llegó la hora de las despedidas, así que un beso y buenas noches a todos.