Ya estamos en la primera decena de junio, ALCONCHEL DE LA ESTRELLA

¡Qué susto me he llevado cuando he visto escrito eso de "estamos en la primera decena de junio! ¡Chorra, he pensado! ¿Tanto tiempo he estado escribiendo?
Una no está muy bien de la cabeza, pero sabe y está muy segura de que acabamos de comenzar el año, así que al ver el título de la foto la serenidad ha llegado hasta mí. Con deciros que, si no llega a ser porque veo el título, me voy corriendo a urgencias a que me revisasen de arriba abajo... ¡Ay Dios...!
No os apresuréis nunca, ni corráis por nada. Recuerdo que hace ya bastantes años hablé con un hombre mayor que me explicó que, encontrándose un día plantando unos robles, se acercó un joven de mi edad y le dijo amablemente que el hecho de que un hombre de edad plantara robles le parecía prueba de poca imaginación.
Él comprendió y le contestó: ¿Piensas que nunca disfrutaré de su sombra? Yo ya me imaginé y sé cómo será esa sombra. He plantado mis árboles consciente de mis limitaciones. No puedo esperar...
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Contemplar estas maravillas de la Naturaleza constituye un sedante para el hombre sometido a la continua tensión de la vertiginosa época que vivimos.
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Sin olvidar, ni mucho menos, la importancia que todo lo dicho encierra, se podría afirmar que la más grande cualidad de los catus es el plácido entusiasmo que despiertan en los coleccionistas...
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El día que sepamos cómo logra subsistir esta cactácea en un medio árido se podrá aplicar algunos resultados de las investigaciones puras, con el fin de modificar las condiciones de vida de otras plantas, como el cártamo, el algodón y la soja, y se podrá aumentar considerablemente las subsistencias en las regiones áridas y calurosas de países en que impere la carestía"...