Serie rosas y flores, ALCONCHEL DE LA ESTRELLA

- ¡Acá mis siete cachorros,
acá perra trujillana,
acá perro el de los hierros,
a correr la loba parda!
Si me cobráis la borrega,
cenaréis leche y hogaza;
y si no me la cobráis,
cenaréis de mi cayada.
Los perros tras de la loba,
las uñas se esmigajaban;...
El joven volvió con Melisa a su reino y se casó con ella. El matrimonio fue tan feliz que la buena nueva se extendió por todo el reino. Cuando los padres de la joven oyeron hablar de la hermosa Princesa Melisa, supieron que su hija estaba bien y que era muy feliz, y se sintieron muy orgullosos.

Esta es una versión del cuento Rapunzel.
El príncipe estaba flaco y harapiento, pero Melisa lo reconoció en seguida. Le rodeó el cuello con los brazos y lloró de alegría. Sus lágrimas cálidas cayeron sobre los ojos del príncipe, y en pocos segundos éste recuperó la vista.
Un día llegó a un valle. Era un lugar muy solitario, pero oyó que alguien cantaba.

- ¡Conozco esa voz! -exclamó-. ¡Es mi amor! ¡Mi Melisa!

Siguió la dirección de la voz y allí, por fin, la encontró.
Durante muchos años el príncipe vagó, triste y ciego, por los bosques y las montañas. Quería buscar a Melisa, pero ¿cómo hacerlo, si no podía ver? Preguntó por ella, pero nadie había visto a una hermosa joven de ojos violeta y cabello corto y dorado.