El Capitán Trueno, ENIGMA MORTÍFERO, ALCONCHEL DE LA ESTRELLA

Creación y trayectoria editorial

Tanto el género medieval como el de los navegantes de los siglos XVI y XVII habían sido explorados con anterioridad por dibujantes y guionistas españoles. Manuel Gago García (Gago) había creado El Guerrero del Antifaz, ambientado en la época de los Reinos de Taifas, mientras que Iranzo había ideado las aventuras del personaje El Cachorro, intrépido marinero de las flotas de Felipe III. A diferencia de estas obras, el Capitán Trueno defenderá valores mucho más universales y alejados de la simplista pugna contra «el moro» o de la lucha contra los salvajes caníbales americanos.

El Capitán Trueno nace en una década, los años cincuenta, en que tanto en Estados Unidos como en España se estrenan películas de aventuras medievales como El príncipe valiente, Ivanhoe y El talismán. En ellas aparecen elementos que luego serán reproducidos de un modo similar en las historias del Capitán Trueno. En Ivanhoe, por ejemplo, hay una escena en que el protagonista se presenta en un torneo enfundado en una armadura negra y con el rostro oculto, tal y como ocurre en el primer número de la colección oficial (A sangre y fuego), en el que el Capitán Trueno se presenta de la misma manera en un torneo celebrado por Ricardo Corazón de León.
(1958)
A partir de ese día, Gorgu pudo conciliar fácilmente el sueño todas las noches.
La sequía terminó, Jabula fue aclamado como rey y la valiente Tombi se convirtió en su esposa.
Luego, Tombi entró en la oscura y pestilente cueva y acarició suavemente la cabeza de Jabula. El chico estaba muy débil a causa del hambre, pero seguía vivo. Triunfantes, las jóvenes lo transportaron con sumo cuidado hasta la cabana de Gorgu. Cuando los pájaros vieron que Jabula había regresado junto a su tribu, llamaron a las nubes para que trajeran la lluvia.
Las chicas rieron hasta caer al suelo. Nunca habían visto a unos hombres tan ridículos y asustados.
Los guerreros lanzaron un grito de temor. ¿Quiénes eran aquellas criaturas que les desafiaban? No se atrevían a preguntar nada. Arrojaron sus lanzas al suelo, pasaron corriendo junto a las jóvenes y huyeron hacia las lejanas colinas. Jamás volvieron a ser vistos.