Donald en el País de las MATEMÁTICAS, ALCONCHEL DE LA ESTRELLA

(1958)
Entonces cada uno sujetó al que tenía delante de él y Cola de Algodón agarró la trampa, y todos juntos tiraron y tiraron. Y eran tantos y tiraron tan fuerte, que al final la trampa se aflojó y el Gran Oso Pardo marrón quedó libre. Entonces todos volvieron a casa juntos, y cuando llegaron allí, ¡quién verían allí de pie en la puerta sino a la propia pequeña Coneja Blanca! Ella se había escapado de su pequeño hijo y había vuelto para cuidar de sus propios bebés otra vez. ¡Y quizás no lo creeréis pero...
Por supuesto que te ayudaremos”, dijeron todos los pequeños conejitos.
“pero te ayudaremos ahora pues te queremos porque has sido muy bueno con nosotros y no te sabes enfadar”.
“Lo sentimos porque fuimos muy traviesos y te hicimos salir de casa, Gran Oso Pardo”, dijo.
Así todos los pequeños conejitos salieron y buscaron al Gran Oso Pardo. ¿Y donde pensáis que lo encontraron? Se había quedado también atrapado en una trampa y no se pudo liberar. Entonces los pequeños conejitos se arrepintieron aun más, porque recordaron lo bueno que había sido con ellos. Pero Cola de Algodón habló el primero porque era el mayor.