Una hermosa Luna brillaba, aquella noche en el parque. La noche invitaba a un paseo. Yo habitaba muy cerca, de donde en la noche se practicaban, encuentros esporádicos. No era tal mi intención, ni aquella noche ni en ningún otro momento, practicar sexo pagado. No entraba en mis cálculos.
Aquella noche, quería estar solo; necesitaba meditar sobre mi situación, de, si quedarme en ese país o regresar. Alguna que otra pareja, se amaban entre los grandes árboles. Regresé a el ancho paseo y pe acomodé en uno de los bancos de piedra.
Yo, solo frente a el silencio nombrando muchas cosas de mi vida, que se agolpaban en el recuerdo.
Una silueta se acercaba, a pasos lentos, y recabó mi atención por unos segundos.
Al pasad a mi lado, tornó su cabeza y me miró fijamente, A la luz de la farola, viera en ella una hermosa figura. Luego sigo su silueta, con la mirada, hasta que se pierde, al fondo, sobre la explanada de el parque, Me da por pensar, que llevaría a el parque, a esta hermosas mujer, a esas horas de la noche... luego pensé que tal vez lo mismo que a mi: gozar de el silencio, gozar de la calma de la noche, en esa isla de silencio, donde se recaban multitud de silencios.
-Ça va?- En mis meditaciones me sorprendió, el! hola! de aquella joven, que estaba seguro había visto en alguna parte.
- ¿Te molesta que me siente a tu lado?
-No... en absoluto,- respondí con cierto azoramiento: Luego la miré, fijamente, en sus labios se dibujaba una sonrisa.
-Conozco a algunos de tus amigos, de "Le Royale"- me estaba diciendo. No podía dormir y me he aventurado a este paseo.
Hablaba despacio y con una voz melosa. Sus ojos, bellos y de mirada firme, ocultaban misterios... pensé. Brillaba su frente, sin pliegue alguno, a la luz de la farola. Y sus labios se me antojaron, fruta deseada. Su cabellera era densa, y le caían sobre sus hombros.
-A cuestas, con mis recuerdos- dije para romper el silencio, y con gran dificultad, en su idioma.
Pero a medida de que hablamos, y le desnudaba parte de mi vida, sobre todo el porque de estar en su país... nos acercábamos: nos acercábamos, el uno a el otro, en medio de la noche, llegando a la conclusión, de que nuestras almas eran gemelas.
-Te he visto un par de veces con tus amigos- me repetía en ese momento, mientras, mi mirada perdida a lo lejos, meditaba de la situación; pensaba: Pensaba en mi y ella, en medio de la noche, en un solitario parque, hablando sin cesar, como si de siempre nos conocieramos... Estábamos en el hoy, y en el hoy se estaban borrando los pedazos de el ayer.
-Se reía de el acento que yo daba a su idioma. Se reía, y la sentía cada vez mas cerca de mi; hasta me llegaba su aliento, cuando me hablaba o reía...
- ¿Te he dicho que eres muy bonita? Me sonó rara la pregunta, tras a que, sentía ya el calor de su pierna sobre la mía. "Las alas de el amor, se despliegan en su vuelo"- decía yo en ese momento en español.
¿Como dices?: me preguntaba; cerca su rostro de el mío.
Y como puede traté de traducir... "Aprecio este momento en su justa medida. y despliego hacia ti mis sentimientos, que no son otros, que abrazarte y besar tus labios...
Me lo pide el instante, me lo escribe en letras muy caras, mi deseo"
Y la sentí muy cerca. Y nuestras manos se buscaron. Y nuestros cuerpos hablaron de otra manera, escribiendo páginas, que hasta ese onstante, estuvieron en blanco.
Y alejamos las nostalgias. Y sin un lamento, sucumbíamos, a cuanto, la noche nos brindaba.
Mis dos manos en sus brazos y murmuré con voz queda:
-Quisiera... bueno... quisiera, que la noche se alargara. Que este encuentro, se eternizara.
- Nada respondió, si se puso en pie y sin soltar mi mano, regresamos el uno al lado de el otro. Y viajamos, con el calor de los besos aún en los labios en el deseo de conocer el calor de nuestros cuerpos.
Y llegaríamos a la entrada de el puente, y ella me dijera:
Mañana, si tu lo quieres tan vez, gocemos de la tendresse de l'amour.
LIBERTAD,
Aquella noche, quería estar solo; necesitaba meditar sobre mi situación, de, si quedarme en ese país o regresar. Alguna que otra pareja, se amaban entre los grandes árboles. Regresé a el ancho paseo y pe acomodé en uno de los bancos de piedra.
Yo, solo frente a el silencio nombrando muchas cosas de mi vida, que se agolpaban en el recuerdo.
Una silueta se acercaba, a pasos lentos, y recabó mi atención por unos segundos.
Al pasad a mi lado, tornó su cabeza y me miró fijamente, A la luz de la farola, viera en ella una hermosa figura. Luego sigo su silueta, con la mirada, hasta que se pierde, al fondo, sobre la explanada de el parque, Me da por pensar, que llevaría a el parque, a esta hermosas mujer, a esas horas de la noche... luego pensé que tal vez lo mismo que a mi: gozar de el silencio, gozar de la calma de la noche, en esa isla de silencio, donde se recaban multitud de silencios.
-Ça va?- En mis meditaciones me sorprendió, el! hola! de aquella joven, que estaba seguro había visto en alguna parte.
- ¿Te molesta que me siente a tu lado?
-No... en absoluto,- respondí con cierto azoramiento: Luego la miré, fijamente, en sus labios se dibujaba una sonrisa.
-Conozco a algunos de tus amigos, de "Le Royale"- me estaba diciendo. No podía dormir y me he aventurado a este paseo.
Hablaba despacio y con una voz melosa. Sus ojos, bellos y de mirada firme, ocultaban misterios... pensé. Brillaba su frente, sin pliegue alguno, a la luz de la farola. Y sus labios se me antojaron, fruta deseada. Su cabellera era densa, y le caían sobre sus hombros.
-A cuestas, con mis recuerdos- dije para romper el silencio, y con gran dificultad, en su idioma.
Pero a medida de que hablamos, y le desnudaba parte de mi vida, sobre todo el porque de estar en su país... nos acercábamos: nos acercábamos, el uno a el otro, en medio de la noche, llegando a la conclusión, de que nuestras almas eran gemelas.
-Te he visto un par de veces con tus amigos- me repetía en ese momento, mientras, mi mirada perdida a lo lejos, meditaba de la situación; pensaba: Pensaba en mi y ella, en medio de la noche, en un solitario parque, hablando sin cesar, como si de siempre nos conocieramos... Estábamos en el hoy, y en el hoy se estaban borrando los pedazos de el ayer.
-Se reía de el acento que yo daba a su idioma. Se reía, y la sentía cada vez mas cerca de mi; hasta me llegaba su aliento, cuando me hablaba o reía...
- ¿Te he dicho que eres muy bonita? Me sonó rara la pregunta, tras a que, sentía ya el calor de su pierna sobre la mía. "Las alas de el amor, se despliegan en su vuelo"- decía yo en ese momento en español.
¿Como dices?: me preguntaba; cerca su rostro de el mío.
Y como puede traté de traducir... "Aprecio este momento en su justa medida. y despliego hacia ti mis sentimientos, que no son otros, que abrazarte y besar tus labios...
Me lo pide el instante, me lo escribe en letras muy caras, mi deseo"
Y la sentí muy cerca. Y nuestras manos se buscaron. Y nuestros cuerpos hablaron de otra manera, escribiendo páginas, que hasta ese onstante, estuvieron en blanco.
Y alejamos las nostalgias. Y sin un lamento, sucumbíamos, a cuanto, la noche nos brindaba.
Mis dos manos en sus brazos y murmuré con voz queda:
-Quisiera... bueno... quisiera, que la noche se alargara. Que este encuentro, se eternizara.
- Nada respondió, si se puso en pie y sin soltar mi mano, regresamos el uno al lado de el otro. Y viajamos, con el calor de los besos aún en los labios en el deseo de conocer el calor de nuestros cuerpos.
Y llegaríamos a la entrada de el puente, y ella me dijera:
Mañana, si tu lo quieres tan vez, gocemos de la tendresse de l'amour.
LIBERTAD,
