Buenos días Pepi. Es una pena todo. Ni que hubieran pasado los hunos cuando se cerraron las minas. Al menos quedó algún resto, pero parece todo un sin sentido. Tenemos inclinación hacia la destrucción y la ponemos en práctica siempre que podemos. Un beso.
Pepe, el no poder volver nunca más a tu
pueblo es algo que nos ocurre a los Diogeneros, nos fuimos de Solana (mi otro pueblo) cuando yo tenia cinco años y allí estuve hasta que me case, todo el mundo puede volver a donde se crió aunque estén algunos
pueblos abandonados, el nuestro está arrasado, con la vida que había allí y todo gente
joven tanto padres como hijos.
Un beso.