Ahora que se acerca otro puente al menos aquí en Madrid, y tenemos un poco de tiempo para disfrutar, quería mandaros parte de esta poesía que escribió Antonio Machado a Francisco Giner de los Rios, un gran pedagogo, filosofo que impulsó el conocimiento de la naturaleza en la enseñanza y la libre enseñanza y pasó parte de su vida en la sierra de Guadarrama intentando protegerla y consguir que no se desforestara más de lo que ya se había hecho. Cuando vi este fragmento en una lápida en una calle de este pueblecito serrano, pensé... que pena que Don Francisco Giner no haya conocido nuestro pueblo y parajes, o quizá sí quien sabe.
. ¡Oh, sí!, llevad, amigos,
su cuerpo a la montaña,
a los azules montes
del ancho Guadarrama.
Allí hay barrancos hondos
de pinos verdes donde el viento canta.
Su corazón repose
bajo una encina casta,
en tierra de tomillos, donde juegan
mariposas doradas...
Allí el maestro un día
soñaba un nuevo florecer de España.
. ¡Oh, sí!, llevad, amigos,
su cuerpo a la montaña,
a los azules montes
del ancho Guadarrama.
Allí hay barrancos hondos
de pinos verdes donde el viento canta.
Su corazón repose
bajo una encina casta,
en tierra de tomillos, donde juegan
mariposas doradas...
Allí el maestro un día
soñaba un nuevo florecer de España.
