OFERTA LUZ: 5 Cts/kWh

EL HOYO: Casi aciertas, Gestusu. En efecto, la persona que no...

Casi aciertas, Gestusu. En efecto, la persona que no se arriesga no tiene ninguna opción. Sin embargo, la persona que se arriesga de la forma que tu dices no puede tener dos resultados -acierto o fracaso- sino uno sólo: fracaso seguro.

Hace falta mucho más que eso. Y aún haciendo las cosas bien, sigue habiendo muchas posibilidades de fracasar.

Tal y como yo le veo, habría que pensar en el Hoyo como un “destino” y analizar qué puede ofrecer a sus visitantes. Pronto nos daremos cuenta que entre sus fortalezas está el entorno: naturaleza y paisaje, tranquilidad, vida sana y seguridad, ideas asociadas al bienestar y relax… Se debe buscar qué tipo de consumidor o cliente puede estar interesado en pasar sus días de descanso disfrutando de estos “productos” para así terminar de completar, acomodar nuestra oferta a sus gustos y a la vez dirigir nuestros esfuerzos para captar su atención de ese tipo de cliente.

Creo que se trataría de un perfil muy definido: se conoce en el argot como “turismo familiar” y su nombre resulta bastante descriptivo, así que no me extenderé. Tal vez sólo para destacar que este turismo es complementario del segmento “turismo activo” o de naturaleza y ocio (senderismo, observación de aves, ciclismo, cinegético, pesca, etc…).

En definitiva todo esto es sentido común: que nadie espere gente joven buscando macrodiscotecas… ni docenas de suecas luciendo sus encantos… (Que no digo que estuviera mal, pero parece poco probable abrir mercado en esas direcciones). Así que mejor no malgastar esfuerzos ni dinero en hacer publicidad en la puerta de una discoteca: esa gente nunca vendría aquí. Hay que apuntar para otro sitio.

Definido el cliente, lo único que quedaría sería enfocar la oferta y adaptarla a los gustos, preferencias y servicios que ese público demanda. Pero eso no es tarea de un sólo empresario, requiere muuuucha colaboración de la Administración. Por ejemplo: en lo público, adecentar los parques infantiles, cuidar la piscina y zona deportiva creando un servicio de animación infantil y juvenil (cursillos y torneos, etc…), crear y cuidar zonas de pic-nic, señalizar y informar (al menos en folletos) de rutas senderistas, vías ciclables, zonas para la pesca, puntos de interés paisajístico, restos arqueológicos, etnológicos, etc… y considerar siempre en todos los planteamientos, la seguridad, comodidad y tranquilidad de los usuarios (cuidado especial a los niños!). En lo privado, contemplar la posibilidad de ofrecer menús infantiles, permitir la visita a huertos y granjas, ofrecer actividades de ocio animación dedicadas a los pequeños (guiñoles, talleres de pintura, deporte, etc…), servicios de guardería, alquiler de bicicletas, de pertrechos para la pesca, disponer en las tiendas de pañales, potitos, etc… y a la vez tratar de crear oferta de ocio para los padres (si puede ser ocio participativo, mejor aún. ¿Alguien puede resistirse a intentar pescar junto a sus hijos pequeños?. Y después promocionar y difundir esta oferta como un “destino” en ferias, folletos y actividades de promoción turística de la Junta (por ejemplo y para empezar).

Obviamente no se pueden esperar resultados ni el primer año ni el segundo ni el tercero… hay que trabajar y trabajar. Y tener los ojos muy abiertos...

Cualquiera que haya viajado por Francia, Holanda, Bélgica o Italia ha visto como de un año a otro ha sido constante el aumento de autocaravanas. Cada año se ven más que el anterior. Y en España, que hasta hace ocho o diez años apenas se conocían –no confundir con las clásicas roulottes- y ahora cada día se ven más. Y ahí hay un mercado que se adapta perfectamente al producto que el Hoyo puede ofrecer. El perfil de autocaravanista es eminentemente familiar –también los jubilados europeos viajan de este modo-, amantes de la naturaleza, que buscan tranquilidad, libertad y seguridad. Algo que las ciudades no pueden ofrecerles y que en El Hoyo hay, con unos niveles de calidad difícilmente igualables por otros lugares.

Y esta gente necesita un lugar amplio, con un firme adecuado, un punto de agua limpia, otro de luz, un lugar donde verter aguas grises y negras. Una inversión bajísima en cuanto a infraestructuras y que requiere de muy poco personal para atenderlos. Fácil de comercializar (hay foros de caravaning con miles de personas deseando descubrir un lugar como El Hoyo) gracias a internet y los foros campistas. Y lo mejor de todo: a diferencia del “mochilero”, el autocaravanista se ha gastado entre 50 y 80.000 euros en su “juguetito” y tiene un cierto poder adquisitivo, ya que lo que no se gasta en hoteles, lo destina a servicios de ocio, alimentación, etc… Es lo que se conoce como un “nicho de mercado”. Y si yo tuviera que empezar por algún sitio, esa sería mi primera opción.

Los hoteles vendrán después. Y las casas rurales, no se empiezan por el tejado.