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Repetidamente leo comentarios en el foro que hacen referencia al turismo rural, como si este tuviera que ser el maná para El Hoyo. Percibo que muchas personas piensan que “alguien” abre una casa rural y el pueblo entero se transforma: turistas con sus cámaras de fotos y sus sombreros paseando por el pueblo, gente vendiendo helados y refrescos, hoteles y luces de neón… Sin embargo, la realidad es bien distinta.

El turismo rural se enfrenta a dos grandes retos: atraer gente, cosa nada fácil habida cuenta de la sobreoferta de destinos que disfrutamos y retener durante varios días en un mismo lugar a esa gente que tanto trabajo nos ha costado atraer.

Aquellos que piensen que abrir una casa rural es poner un cartel y esperar que venga la gente, ya les puedo avanzar se equivocan. Nada más sencillo que acercarse a Solana o Mestanza y pedir información a los propietarios de estos establecimientos, ¡veréis que decepción…!

Existe cierta tendencia a pensar que si abres un hotel, viene la gente. Nada más lejos de la realidad: un hotel –o casa rural- sólo se puede abrir (desde el punto de vista de la rentabilidad económica) allí donde hay gente que lo demanda en cantidad suficiente. No es difícil aprender de los errores pasados, insisto, preguntad a los propietarios de alojamientos rurales.

El camino a emprender es justamente el contrario: primero se debe crear “un destino” y sólo una vez que se ha hecho exitosamente, se puede abrir un (o más) establecimiento rural –o no rural, según toque, en función de ese destino-.
Pero crear un “destino turístico” no es una tarea sencilla y tal vez por eso, reside en esta habilidad la clave del éxito. Podemos buscar un ejemplo: no hace muchos años, la Junta impulsó “La ruta de Don Quijote”, invirtiendo en ello grandes cantidades de dinero. La idea tenía referentes muy claros: “el Camino de Santiago”, “La Vía de la Plata”, etc… Sin embargo, algo falló ¿verdad…?

Así que volviendo al Camino de Andalucía, me parece absolutamente demagógico defender su apertura por razones turísticas. Y si además hablamos de senderismo, la cosa es para nota. La actividad turística en nuestro entorno es eminentemente estacional y veraniega, así que podemos ofrecer al 80% aprox. de nuestros potenciales visitantes un agradable paseo de 4 ó 5 horas a temperaturas que oscilan entre los 32 y 43 grados… Ciervos no sé si verían, pero las “gordas” se las iban a beber por docenas…