CUEVA DE ALTAMIRA
“Toda obra de
arte es un producto cultural que nos muestra lo que una sociedad ve, piensa e imagina en un momento histórico determinado. La expresión visual de esas culturas se manifestó en las paredes de las
cuevas perpetuando una forma de trasmitir
mensajes”. Así comienza la web de la Cueva de Altamira la descripción del conjunto y me ha parecido buena introducción para entender el significado de estas pinturas, Patrimonio de la Humanidad. No seré yo quien glose un
monumento tan trascendente en nuestra
historia, basta con conocer lo que algunos personajes han dicho de ella:
“Parecía que las
rocas bramaban. Allí, en rojo y negro, amontonados, lustrosos por las filtraciones de
agua, estaban los bisontes, enfurecidos o en reposo. Un temblor milenario estremecía la sala. Era como el primer chiquero español, abarrotado de reses bravas pugnando por salir.” Rafael Alberti, 1928. Para Henri Moore, en 1934 se trata de “La Real Academia del Arte Rupestre”. Miquel Barceló
“Cuando visité por primera vez Altamira pensé: ha sido como volver al origen, que es el sitio más fértil. Creer que el arte ha avanzado mucho desde Altamira a Cézanne es una pretensión occidental, vana” Miquel Barceló.
“Altamira es la abstracción natural: la síntesis. Una síntesis que es el ideal del arte nuevo” Mathias Göeritz, 1948.
El conjunto de Altamira, habitado durante más de 20.000 años, en un periodo que va desde los 35.000 a los 15.000 años a. C., constituye un testimonio excepcional de una cultura ancestral y una ilustración extraordinaria de una etapa importante de la historia de la humanidad.