Mi madre despues de ponerme ropa seca, me acariciaba el trasero con la zapatilla.Yo por mi parte, volvía a torear a las olas.La verdad es que no me daba lo que me merecía. Pero hay que reconocer que todos de pequeños hemos pasado muy buenos ratos jugando con las olas y todos hemos llegado alguna vez a casa todo calados. Cuando salta la mar ahí solo se ponen los forasteros y claro, las olas les mojan. Provincia muy tranquila y linda. Es hermoso este pueblo algun soltero.