AÑORANZAS DE BIELVA
2.- La bolera
Por Peloncho caminaba
con destinu la bolera,
y andando de esta manera
por casa Cuqui pasaba
y a Ramona saludaba
Al cruzar onde el cocinu
había bebiendo unas vacas
y un par de jatas bien flacas;
de Ramonzón, mi vecinu,
Saludele yo muy ufanu
y él levantó la cabeza
rascándola con pereza,
luciendo su pelu canu
--Tengo las jatas malucas
no sé si pelarán esta
pol esfuerzu que me cuesta
tendrían que estar más gorducas
-- ¡Claru que van a salir!
con lo que maman a diariu
y un hábil veterinariu
ya no habrá más que decir.
--Falta hará que así sea,
que perder dos a la vez
y que no sea por vejez
mal ventura te acarrea.
-- ¡Booouh!
-- ¡Diooouh!
Proseguí a lo miu yendo
por la calleja p’alante
acercándome bastante
y ya la bolera viendo
Como entonces era mozu
trepé por la paredilla
que da pal lau de Patilla,
no sin pisar algún pozu
Y allí tirando a la mano
Vi: retorneado una bola
al hiju mayor de Lola
y pinando, a Marceliano,
Subió ocho bolos preciosos.
Y sin empezar a birlar
se oyó a lo lejos gritar:
¡Arriba los gananciosos!
Y el que la vez reclamaba
no era otru que Mané,
que venía de La Paré
con ganas de hacer bolada
Es muy buenu en los deportes,
En fútbol maravillaba
Sacando un gol de la nada
O con precisos recortes
Jaz tiempu que no li veo
Marchó jaz muchu a estudiar
Y después a trabajar
Y ahora en esti blog le leo,
(¡Que se asome al cuarterón!,
que dame a mi la cabeza
que tien un pocu pereza,
y que se jaz el remolón.
Mas si en esto me equivoco,
como Gervasio asegura
que en sí la vida ya es dura,
no te sientas presionau).
Cuando llega el Cristo Chicu
la bolera está repleta
las paredillas completas.
Hay gente de picu a picu
Quien nos honró con el arte
de manejar el emboque
y de dar el mejor toque
fue el conocíu en cualquier parte.
El Zurdu fue nominau.
Con esa mano tiraba,
pa lo demás manejaba
la mano del otro lau.
Los domingos se jugaban
los blancos en la bolera,
eran siempre de solera,
en eso no te engañaban.
¡Cuantos cuartillos vendía
El taberneru Manolo!
Que quién entre bolo y bolo
un vasucu no bebía.
Estos recuerdos que tengo
a vosotros os los cuento,
que me paso un buen momento
y así a este cuarterón vengo.
Antonio Díaz febrero 2013
2.- La bolera
Por Peloncho caminaba
con destinu la bolera,
y andando de esta manera
por casa Cuqui pasaba
y a Ramona saludaba
Al cruzar onde el cocinu
había bebiendo unas vacas
y un par de jatas bien flacas;
de Ramonzón, mi vecinu,
Saludele yo muy ufanu
y él levantó la cabeza
rascándola con pereza,
luciendo su pelu canu
--Tengo las jatas malucas
no sé si pelarán esta
pol esfuerzu que me cuesta
tendrían que estar más gorducas
-- ¡Claru que van a salir!
con lo que maman a diariu
y un hábil veterinariu
ya no habrá más que decir.
--Falta hará que así sea,
que perder dos a la vez
y que no sea por vejez
mal ventura te acarrea.
-- ¡Booouh!
-- ¡Diooouh!
Proseguí a lo miu yendo
por la calleja p’alante
acercándome bastante
y ya la bolera viendo
Como entonces era mozu
trepé por la paredilla
que da pal lau de Patilla,
no sin pisar algún pozu
Y allí tirando a la mano
Vi: retorneado una bola
al hiju mayor de Lola
y pinando, a Marceliano,
Subió ocho bolos preciosos.
Y sin empezar a birlar
se oyó a lo lejos gritar:
¡Arriba los gananciosos!
Y el que la vez reclamaba
no era otru que Mané,
que venía de La Paré
con ganas de hacer bolada
Es muy buenu en los deportes,
En fútbol maravillaba
Sacando un gol de la nada
O con precisos recortes
Jaz tiempu que no li veo
Marchó jaz muchu a estudiar
Y después a trabajar
Y ahora en esti blog le leo,
(¡Que se asome al cuarterón!,
que dame a mi la cabeza
que tien un pocu pereza,
y que se jaz el remolón.
Mas si en esto me equivoco,
como Gervasio asegura
que en sí la vida ya es dura,
no te sientas presionau).
Cuando llega el Cristo Chicu
la bolera está repleta
las paredillas completas.
Hay gente de picu a picu
Quien nos honró con el arte
de manejar el emboque
y de dar el mejor toque
fue el conocíu en cualquier parte.
El Zurdu fue nominau.
Con esa mano tiraba,
pa lo demás manejaba
la mano del otro lau.
Los domingos se jugaban
los blancos en la bolera,
eran siempre de solera,
en eso no te engañaban.
¡Cuantos cuartillos vendía
El taberneru Manolo!
Que quién entre bolo y bolo
un vasucu no bebía.
Estos recuerdos que tengo
a vosotros os los cuento,
que me paso un buen momento
y así a este cuarterón vengo.
Antonio Díaz febrero 2013
Muchas gracias Toñu por tu regalo de cumpleaños al cuarterón de Bielva con éstas añoranzas. Las considero un regalo extraordinario que guardaré en mi colección personal. Siento una envidia sana por la forma que tienes de expresarte tan cristalina y precisa con esí lenguaje tan nuestru que de críos escuchábamos y practicábamos por Bielva. Leyéndolo automáticamente me trasladas aquellos años de vivencias por Bielva. Gracias Toñu por tu exquisita memoria para plasmar con ese lujo de detalles tu visión de aquellas experiencias, que también son las nuestras, pero que soy incapaz de expresarlas con ese realismo y lujo de detalles. Te ruego que no tomes como peloteo mis palabras de agradecimiento, simplemente son la sensación y el sentimiento que me producen al releerlas varias veces por el gozo que me supone.
Un abrazo Toñu
Un abrazo Toñu
