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BIELVA: Muy bueno Pablo, que envidia sana por ese memorión...

¡hola, forer@s!
Había un vecino en Bielva, que era muy querido por todos. Se llamaba Antonio Juarez Peón, y se dedicaba a la venta ambulante de frutas y verduras.
Era mas conocido como "Toñito" y también con el apodo de " el patatu". Tenía un gran sentido del humor. Cuando venía con su furgoneta, en la que había instalado un altavoz exterior para avisar a los vecinos de los distintos barrios de su llegada. Se anunciaba a gran volumen con el slogan: El tomate baratu, lo vende el patatu, la patata barata, la vende la patata.
Yo era muy amigo de su hijo Valentín (al que hace mucho tiempo que no veo), por lo que con mucha frecuencia iba a su casa a pasar la tarde, o le acomopañaba a buscar verde con el burro y el carro, para después descargarlo en la cuadra.
En una de estas ocasiones, tratábamos de meter el carro en la cuadra con el burro tirando de mismo, marcha atrás, pero por mas que lo que el burro empujase el carro, éste daba un paso adelante, y no había manera.
Toñito, oyéndonos soltar improperios, se acerca y nos pregunta que que nos pasa con el burro; le explicamos que no había manera de meter el carro hacia atrás por mas palos que le dábamos. Nos dice que hay que saber tratar a éstos animales. Se acerca al asno toma el ramal con la mano y empieza a tirar hacia adelante a la vez que decía ¡burro ven! ¡burro ven! y el rocín daba un paso adelante hasta que consiguió meterlo en la cuadra sin mas problemas. Se nos qudó una cara de tonto, que no supimos que decir.
En otra ocasión, estábamos en la cocina y Cuca la mujer de Toñito nos estaba contando alguna historia (costumbre que hoy se ha perdido, pues antes, nos reuníamos los chavales con los mayores del pueblo y nos encantaba oirles contar las experiencias vividas por ellos, llenas de sabiduría)´y de repente, su hija Fina le pregunta: ¡Mama!, ¿como me peinabas cuando iba a la escuela?. Con coleta, responde la madre. Se levanta la niña, coge un marco con una foto de ella, y dándole la vuelta para verlo por detrás dice: ¿A ver como era?.
Otro día que estaba Toñito reparándo una rueda de la furgoneta que tenía pinchada, llama a su hija y le dice: ¡Fina!, tráeme el gatu. Pasa un rato y nada; ya un poco enfadado le grita: ¡Fina!, ¿traes el gatu o qué?. Aparece la niña medio llorando y dice: ¡Papa!, que no le puedo coger, que se me escapa.
La pobre chiquilla, no sabia lo que era un gato de manivela, y pretendía atrapar al minino.
Un beso para Cuca, que era muy amiga de mi madre. Desgraciadamente, Toñito ya no está entre nosotros
Beeeesuuuuccccoooosssss

Muy bueno Pablo, que envidia sana por ese memorión que tienes con esos recuerdos tan sabrosos y tan reales de nuestros años mozos, escritos con esas frases tan literales que focalizando sólo en tu texto nos traslada automáticamente a esos años, nada, que ese memorión te dure muchos años y que sigamos disfrutando de tus escritos con ese estilo tan genuino de la montaña y que me encanta.
Ciertamente el Patatu era otro grande de Bielva y hay que ponerlo en la galería de ilustres. Gran personalidad la que tenia y muy creativo generando negocio debajo de las piedras, en aquellos años de tantas carencias. Un tipo imaginativo y peculiar, no era del montón, tenía su propio estilo. Me acuerdo de su furgoneta, creo que era una Alfa Romeo y no sé si hasta era de color rojo, guapa furgoneta en aquellos tiempos, ya lo creo que le servía de buena herramienta para sus múltiples tareas. A Toñito le recuerdo vivaracho, no le achicaba nada y tenia salida para todo, muy ágil manejando la "húmeda" y gran trabajador. Desde aquí, le envio muchos recuerdos a su familia. Si señor personaje pequeño de estatura física pero grande como persona.
Gracias Pablo por recordarnos esos años con sus personajes y expresiones.
Un abrazo para tod@s