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BIELVA: Gerva, cuando me casé en el año 1985, en mi viaje de...

SABROSAS TERTULIAS DE VERANO POR LAS CALLEJUCAS DE BIELVA

Aquí tenemos una representación de lo más granado de Bielva, comenzando por la derecha de la foto, aparece el gran Nucu, seguido, que me disculpe, pero no me acuerdo de su nombre, a continuación esta Lino, seguido de Cuqui, un servidor y por último mi primu Román.
Hay los tienes, los saludé en animada tertulia en plena calle al lado del transformador de la luz en el barrio de Corvía de Bielva (el barrio de Chusca) al anochecer en pleno mes de Agosto con una temperatura ideal. En Bielva, en cualquier callejuca te puedes encontrar corrillu de gente saboreando una buena charluca de lo que se tercie, favoreciendo el enriquecimiento y trato social, entrando a participar todo el que quiera y pase por el lugar, que siempre es bienvenido al grupo. Es como en el famoso Café Gijón de Madrid donde tienes mesas dedicada a distintos artistas y destacados intelectuales, resaltando sus buenos corrillos de armoniosas tertulias. En Bielva el Café Gijón, lo cambiamos por el aire puro de las callejucas y los intelectuales por nuestros profundos sabios del entorno más tradicional, que nos enmudecen con sus apasionantes historias. Sencillamente, una maravilla escucharles, jamás te defraudan.
Un abrazu cuartereñ@s

Gerva, cuando me casé en el año 1985, en mi viaje de novios pasé por Madrid en mi primer tramo. Una de mis obsesiones fue ir al Café Gijón pues conocía bien su relevancia intelectual en las épocas pre y después franquista. Entré con Susa y nos tomamos un café. Allí vimos a Alfredo Landa, que al margen de sus muchas interpretaciones en las "españoladas" de la época (ya decadentes entonces) le tuve una gran admiración por su interpretación en la película El Crak y El Crak II. Me impresionó y vi como un actor de comedia de entretenimiento en la sociedad de sus días me dejaba anonadado para lo que a mi supone una actuación magistral. Bueno a lo que voy, mientras Susa tomaba su café, fui un momento a los servicios. Al segundo, entró un joven bien parecido y estando yo ahí, en mis cosas, me abordó delicadamente y me propuso "deshonestidades", eso sí, muy educadamente jajajaja. Yo que era un "provinciano" (y soy), me apresuré (a subirme la cremallera de la bragueta) y saliendo a paso ligero le dije a Susa "vamos, vamos, levanta que todavía tenemos muchas cosa que ver" jajajaja. Al que me haya visto ahora entiendo que no se lo crea, pero es que entonces, mi cuerpo, era solo "la mitad" jajajajjj.
Bueno, respetando de verdad todas las opciones sexuales, lo cierto es que a mi mujer la hice salir del local como "alma que lleva el diablo" jajajajajj. Ahora con los años lo pienso y me digo "bendita inocencia" jajaj.
Besucu.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Miguel, que bueno contando anécdotas, sí señor, la del Café Gijón del año 1985 no tiene desperdicio. Claru que entonces los que veníamos de "provincia" es lo que teníamos, qué éramos unos "mirlos" para cualquier "cazatalentos", porque "cantábamos" con esa inocencia que desplegábamos en nuestro rostro de sorpresa, tema superado en los jóvenes de ahora que al estar "tan viajados" desde temprana edad están bien entrenados para éstos menesteres.
Hay que recordar que aquellos años ochenta fueron la explosión de la movida madrileña y el barrio de Chueca, donde en una parte de su periferia está el Café Gijón, fue uno de su máximos exponentes por donde comenzó abrirse la válvula de escape que durante tantos años de dictadura estuvo bien cerrada sin posibilidad de expresión. En el barrio de Chueca desde comienzos de los ochenta se ha ido estableciendo y asentando el movimiento de homosexuales y lesbianas, que por cierto mantienen el barrio antiguo de Madrid como un verdadero paraíso de limpieza y convivencia con generaciones de ancianos que aún siguen habitando en los pisos de antiguas rentas.
Por Chueca quedan unas tascas típicas de Madrid donde se toman buenos aperitivos y allí todo el mundo convive en sana armonía. En mis largas caminatas por Madrid, a veces paseo por su barrio y me gusta observar como cuidan los detalles y su vanguardista decoración, gente especialmente sensible que lo manifiestan en sus creaciones.
Miguel, otru día que te pases por los Madriles repetimos en el Café Gijón a ver quién te sale, que los maduritos también estamos de moda, jejeje
Un abrazu amigo ... (ver texto completo)