Cuanta historia queda encerrada en éstos 1.000 mensajes, una joya, que los voy organizando en mi PC personal y en un sólo documento PDF donde van sumando cerca de 300 páginas, todo un libro con muchos nombres, referencias, recuerdos y reencuentros con gentes de aquella niñez de hace más de cuarenta años, con sentimientos muy entrañables vistos desde la perspectiva que el tiempo nos da y desde una posición de adulta madurez. Impresionante todas las riquezas sentimentales que me he encontrado de la gente de mis raíces, ni la mayor riqueza materialista sería capaz de igualar el bienestar interior que éstos reencuentros me han hecho pasar. Cuanta satisfacción interior he recibido de éste Cuarterón, ni la mejor clínica "arregla-cabezas", podría superar el beneficio mental que éste grupo de Cuartereños aporta.
Resaltar también el descubrimiento de un amigo que no es de la infancia de Bielva, pero si un gran paisano y querido por todos nosotros, donde he conectado con él desde el minuto uno, contagiándome con la autenticidad de sus mensajes y el fervor que pone cuando habla de Bielva y sus gentes. Tuve la gran suerte de conocerle éste verano en Peñiscola (Castellón) y parecía que nos conociéramos de toda la vida, por la franqueza y confianza con la que hablamos. Sobre éste particular os confieso un secretillo personal, os cuento: Yo por mi profesión de trabajo tengo que alternar con bastante gente en comidas, reuniones, actos, etc. y siempre he de ir concentrado y analizando todo el proceso, porque en ocasiones están en juego proyectos relevantes y detalles del lenguaje corporal, gestual y verbal los puedes captar sólo con buena concentración, pudiendo ser en algunos casos determinantes para el cierre de una operación, por ello lo de beber alcohol, es algo que hay que hacerlo de una forma muy medida y prácticamente nula. Pues bien, debido a ésta deformación profesional, es muy raro que yo me deje llevar tomando alguna copita hasta alcanzar el punto "sabrosón" donde se disfruta del encuentro, siendo sólo en puntuales excepciones que no suelen sobrepasar más de cuatro veces al año y sólo se dan cuando verdaderamente me encuentro en un ambiente distendido con gente de confianza y totalmente relajado sin tener que estar analizando continuamente el entorno. Os cuento todo esto, porque una de esas situaciones relajadas y con una copita de más me paso con Miguel en nuestro primer encuentro, éste verano en Peñiscola, momento memorable que guardo en mi archivo mental de los buenos ratos. Gracias Miguel, extensible también a nuestras parejas femeninas que estuvieron de nivel. Perdón, me refiero a Miguel Sarasua.
También poner énfasis en esas generaciones más jóvenes que por aquí se expresan y que nos sorprenden con sus comentarios, mostrando inquietud y cariño por respetar nuestras tradiciones y enriquecerlas con el estudio de su entorno. Gracias jóvenes por continuar con el relevo generacional que nosotros ya tomamos de nuestros padres y que os vamos pasando con el recuerdo de nuestras historias, en definitiva cultura de nuestro pueblo.
A todos los Cuartereños, escribientes y lectores, mil gracias, sólo con llegar hasta aquí, me doy por satisfecho de cuanto bienestar me habéis generosamente regalado.
Resaltar también el descubrimiento de un amigo que no es de la infancia de Bielva, pero si un gran paisano y querido por todos nosotros, donde he conectado con él desde el minuto uno, contagiándome con la autenticidad de sus mensajes y el fervor que pone cuando habla de Bielva y sus gentes. Tuve la gran suerte de conocerle éste verano en Peñiscola (Castellón) y parecía que nos conociéramos de toda la vida, por la franqueza y confianza con la que hablamos. Sobre éste particular os confieso un secretillo personal, os cuento: Yo por mi profesión de trabajo tengo que alternar con bastante gente en comidas, reuniones, actos, etc. y siempre he de ir concentrado y analizando todo el proceso, porque en ocasiones están en juego proyectos relevantes y detalles del lenguaje corporal, gestual y verbal los puedes captar sólo con buena concentración, pudiendo ser en algunos casos determinantes para el cierre de una operación, por ello lo de beber alcohol, es algo que hay que hacerlo de una forma muy medida y prácticamente nula. Pues bien, debido a ésta deformación profesional, es muy raro que yo me deje llevar tomando alguna copita hasta alcanzar el punto "sabrosón" donde se disfruta del encuentro, siendo sólo en puntuales excepciones que no suelen sobrepasar más de cuatro veces al año y sólo se dan cuando verdaderamente me encuentro en un ambiente distendido con gente de confianza y totalmente relajado sin tener que estar analizando continuamente el entorno. Os cuento todo esto, porque una de esas situaciones relajadas y con una copita de más me paso con Miguel en nuestro primer encuentro, éste verano en Peñiscola, momento memorable que guardo en mi archivo mental de los buenos ratos. Gracias Miguel, extensible también a nuestras parejas femeninas que estuvieron de nivel. Perdón, me refiero a Miguel Sarasua.
También poner énfasis en esas generaciones más jóvenes que por aquí se expresan y que nos sorprenden con sus comentarios, mostrando inquietud y cariño por respetar nuestras tradiciones y enriquecerlas con el estudio de su entorno. Gracias jóvenes por continuar con el relevo generacional que nosotros ya tomamos de nuestros padres y que os vamos pasando con el recuerdo de nuestras historias, en definitiva cultura de nuestro pueblo.
A todos los Cuartereños, escribientes y lectores, mil gracias, sólo con llegar hasta aquí, me doy por satisfecho de cuanto bienestar me habéis generosamente regalado.
Coño Gerva, no dejas de sorprenderme con tu grata y sincera amistad de la que presumiré siempre. El conocernos se produjo tan circunstancialmente,
