Mi
amigo de infancia Pablo Díaz González en la parte izquierda de la
foto y un servidor en la otra parte. En las
fotos superiores estamos en la antigua
escuela de
Bielva, cercana a la
Iglesia y debajo de las fotos de nuestra niñez, he puesto las fotos de los tiempos actuales.
Pablo, no se qué puñetas pasa, que las mujeres se conservan, incluso algunas mejoran con el paso de los años y nosotros cambiamos un "pelín" ¿sólo un pelín?, jejeje. Qué bonito el reencuentro éste
verano en vuestra
casa de Bielva después de tantos años, tienes mejor memoria que yo de aquellos años de infancia en Bielva. Lo que más aprecio de éstos encuentros es que permanece imborrable esa sensación de confianza de antaño con una recuperación automática de aquella
amistad infantil, es curioso como el paso de tantos años (cuarenta y cinco por lo menos) no ha borrado el privilegio tan escaso de la amistad, mira que habrá pasado gente por la vida de cada uno de nosotros, pero para mí el reencuentro con las personas de mis raíces me produce una sensación de confortabilidad muy diferente al resto de encuentros.
Un abrazo amigo